Necesaria, información sexual a tiempo
Martes 29 de enero de 2013, p. 3
Alrededor de los 15 años, en las mujeres, y de los 16 en los hombres, es la edad promedio del inicio de la vida sexual. Esta es una realidad que nadie debería negar, sobre todo porque las consecuencias son evidentes. La carencia de una educación sexual integral desde la infancia explica que 17 por ciento de los embarazos en el país sean de mujeres adolescentes.
Para el sicólogo clínico Édgar Díaz, de la Clínica de Adolescentes del Instituto Nacional de Perinatología (Inper), niños y adolescentes deberían recibir información veraz, oportuna, sin prejuicios sobre la sexualidad y acorde a la realidad que cada uno vive, porque no son lo mismo los menores de las ciudades que los de las zonas rurales, ni los que cuentan con recursos económicos comparados con los de escasos ingresos. Sus experiencias de vida son diferentes.
Una encuesta realizada entre madres adolescentes en el Inper encontró que las chicas sabían que al tener relaciones sexuales podrían quedar embarazadas; también conocían cómo cuidarse para evitarlo, pero no utilizaron ningún método anticonceptivo.
Esto nos habla, dice Díaz, de una falta de habilidades, de madurez sicológica y de información más puntual.
Un factor que influye en el embarazo adolescente son los antecedentes familiares, existentes en 80 por ciento de las jovencitas que han sido madres. En estos casos, son más aceptados dentro del núcleo familiar y, aun así, los investigadores del Inper encontraron que una tercera parte de las chicas presentaban algún malestar sicológico, resultado de que el embarazo no era lo esperado por ellas.
Édgar Díaz afirma que el embarazo adolescente debe ser entendido como un síntoma de disfunción familiar, lo mismo que cuando hay un alcohólico o drogadicto. Algo anda mal en la familia.