El ritmo de vida y las exigencias que conlleva la hacen enfermedad actual
Es la sexta causa de ausentismo a escala mundial y un padecimiento discapacitante: OMS
Martes 12 de febrero de 2013, p. 40
La migraña, padecimiento que afecta aproximadamente a 12 por ciento de la población mexicana y cuyos efectos discapacitantes en quienes la padecen provocan pérdidas económicas estimadas en 700 millones de pesos anuales, guarda una estrecha relación con el ambiente de trabajo, refieren especialistas en salud laboral. El ritmo actual de vida y las exigencias que conlleva la han convertido en un mal de este tiempo.
La migraña es una enfermedad caracterizada por un intenso dolor de cabeza, trastornos visuales, náusea, mareo, vómito e intolerancia a la luz y al ruido. Un episodio de migraña puede tener una duración de cuatro a 72 horas y es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los padecimientos más discapacitantes (es la sexta causa de ausentismo a escala mundial).
Expertos en sociología y medicina refieren que si bien el padecimiento mantiene características fisiológicas muy claras y la predisposición genética juega un papel importante también, responde a características sociales específicas.
Margarita Pulido, investigadora adscrita a la maestría en Ciencias de la Salud de los Trabajadores de la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), expone que el incremento en la prevalencia de la migraña en los años recientes puede estar relacionado con la masiva ocurrencia de estrés laboral.
Todo parece indicar que a medida que empeoran las condiciones de trabajo y el estrés se convierte en un problema masivo, también la migraña y otros trastornos ligados a la tensión cotidiana aumentan su prevalencia entre los trabajadores del país
.
Estudios apuntan que al menos 40 por ciento de la población mundial sufre una crisis de dolor intenso al año, que le provoca ausentismo laboral. La migraña afecta primordialmente a personas de entre 18 y 50 años, es decir, en la etapa más productiva de sus vidas. Es una enfermedad controlable, pero no curable hasta ahora.
Esto se convierte a la larga en una paradoja para los empresarios que buscan incrementar la productividad, introduciendo diseños de trabajo menos costosos, pero cuyo efecto nocivo se traduce en estrés prolongado para los trabajadores, con los consecuentes padecimientos a que da lugar, entre los cuales se encuentra la migraña
, abunda.
Por su parte, Rafael Santana Miranda, de la Clínica del Sueño de la UAM, expone: tenemos una sociedad 24/7, es decir, que se mantiene activa más tiempo y ello, aunado a malos hábitos de sueño y comida, facilitan que se presenten cuadros provocados por el estrés
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Añade que las personas creen que por estar más tiempo despiertas son más productivas, pero la somnolencia y el cansancio se traducen en pérdidas económicas por baja producción, pues el rendimiento, laboral o académico, va a ser bajo.
En este escenario, “no hay una respuesta real de los patrones, quienes buscan tratar la migraña con modificaciones ornamentales, por ejemplo, a partir de un ambiente laboral ‘amable’: poniendo letreritos o flores en los escritorios, organizando comidas una vez al mes o que el jefe baje a saludar a todos. Esto no ataca el problema de fondo, relacionado con las condiciones de trabajo, que cada vez se vuelven más extenuantes”, explica Gustavo Garabito, profesor investigador del campus León de la Universidad de Guanajuato.
El sociólogo detalla que en términos laborales varios factores pueden detonar la migraña. Desde el espacio físico, como la luz, la ventilación, los colores o el ruido; aunque pesan más elementos que tienen que ver directamente con la calidad de las condiciones y la intensidad del trabajo.
Entre los detonantes del padecimiento podrían mencionarse condiciones inherentes al trabajo, como pasar tiempo frente a computadora, reuniones frecuentes o trabajar frente a grupo.