Pide en la reunión del G-20 perseverar en el cumplimiento de los compromisos adquiridos
Explica que el escenario más optimista se debe a que EU logró evitar el llamado abismo fiscal
Sábado 16 de febrero de 2013, p. 25
Aunque 2013 comienza con más optimismo respecto del futuro de la economía mundial, aún prevalecen riesgos importantes que deberán atenderse, advirtió el gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens.
Al reiterar su advertencia sobre la formación de una tormenta perfecta
, pidió en la reunión del G-20 en Moscú perseverar en el cumplimiento de los compromisos adquiridos el año pasado en México y establecer medidas que contribuyan a reducir la volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Ante los representantes de las 20 economías más desarrolladas del mundo (G-20), el funcionario mexicano expuso que el escenario más optimista se debe a que Estados Unidos logró evitar el abismo fiscal
. También a la permanencia de Grecia en la zona euro, así como a los ajustes fiscales en varios países europeos, el avance en el diseño e implementación de las reformas estructurales en Europa y el crecimiento más rápido en China.
Destacó que dicho optimismo de los mercados genera temores sobre la posibilidad de manipulación de precios en algunas clases de activos. La preocupación de las burbujas de precios de activos alimentados por auges de crédito están empezando a aparecer en algunas economías, aunque todavía no está en México
, aclaró.
Consideró que en la economía mundial prevalecen los riesgos por los temas fiscales en Estados Unidos, la frágil estabilidad de la zona euro, debido a que sigue dependiendo del apoyo masivo de las autoridades, en particular del Banco Central Europeo, así como la recesión de la región con alto desempleo, entre otros.
El gobernador del BdeM habló nuevamente de la posibilidad de que una tormenta perfecta podría estar formándose
, debido a los flujos masivos de capital hacia economías emergentes y avanzadas.
De igual forma, añadió, al surgimiento de burbujas, que se caracteriza por manipulación de precios de activos y, en tercer lugar, a la posible reversión de los flujos cuando las principales economías avanzadas comienzan salir de su postura acomodaticia de la política monetaria.
Los temores de una guerra de monedas
provocados por un encadenamiento de devaluaciones competitivas llevadas a cabo por países en búsqueda de crecimiento fueron reavivados por el reciente giro japonés.
Los países más ricos del planeta, reunidos en el G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Italia, Francia y Gran Bretaña), publicaron un comunicado en este sentido a principios de semana. El Fondo Monetario Internacional (FMI) intentó no obstante bajar la controversia considerando el jueves exagerados
los temores, aunque llamó a la vigilancia sobre este tema.