Sus defensores de oficio
pidieron un receso para preparar el caso
Martes 19 de febrero de 2013, p. 27
Moscú, 18 de febrero. Juzgar a un muerto por presunta evasión fiscal podría parecer un disparate, pero aquí se ha vuelto casi una misión de Estado debido a la obsesión que tienen algunos altos funcionarios por demostrar que el abogado Serguei Magnitsky –aunque falleció en la cárcel por deliberada falta de asistencia médica en noviembre de 2009, según denuncian familiares y colegas– era un delincuente.
De confirmarse ese supuesto, extremo probable en un sistema judicial subordinado al poder ejecutivo, Rusia no podrá recuperar el dinero faltante ni castigar al supuesto evasor.
Y entonces, ¿para qué tanto espectáculo y pérdida de tiempo? Para defender el honor de los funcionarios incluidos en la llamada lista Magnitsky, personas que de una u otra manera tuvieron que ver con la muerte del abogado en prisión y, en algún grado, están implicadas en el robo de más de 200 millones de dólares del presupuesto, utilizando documentación y sellos confiscados durante un careo en una de las empresas en que trabajaba el fallecido.
Magnitsky descubrió el esquema de corrupción, presentó una denuncia formal y, en lugar de que le dieran las gracias, lo metieron a la cárcel por evadir el pago de 16 y medio millones de dólares en concepto de impuestos. Lo sometieron a todo tipo de presiones para que se desistiera de su denuncia y lo dejaron morir al agravarse su estado de salud y negarle asistencia médica.
La lista Magnitsky –que impone sanciones como la cancelación de visados y congelación de cuentas bancarias y propiedades en Estados Unidos– provocó una relación similar de funcionarios estadunidenses que no quieren venir a Rusia ni tienen cuentas ni bienes inmuebles aquí y, como resultó risible, se agregó la prohibición de adoptar huérfanos rusos por parejas estadunidenses.
Rusia ha sugerido anular estas listas y sanciones recíprocas, sin éxito hasta ahora.
Después de su muerte, el caso pudo reabrirse por un resquicio legal: la familia de Magnitsky no dio su consentimiento para cerrar el juicio por fallecimiento del imputado, omisión que la Corte Constitucional de Rusia consideró en 2011 suficiente para continuar.
Ya no importa que la familia niegue su consentimiento para seguir ni esté dispuesta a participar en lo que denomina una farsa
que ofende la memoria de Magnitsky.
Pero como no estamos en los años 30 del siglo XX, con los juicios sumarios del periodo staliniano, le asignaron a Magnitsky, un muerto, defensores de oficio. El juicio debió comenzar este lunes, por tercera ocasión, pero sus abogados impuestos solicitaron un receso para preparar la defensa.
A comienzos de marzo, tentativamente el día 4, se reanudarán las sesiones. Paralelamente se prepara otra acusación contra Magnitsky: su participación como abogado en la compra de 7 por ciento de las acciones de Gazprom por extranjeros, cuando estaba prohibido, pero todos lo hacían gracias a sus contactos en el gobierno ruso de entonces.