Ofreció Miguel Bosé a las madres un concierto de tres horas, Papitwo
¡Qué nunca te la quiten, México!
Algunas personas esperaron hasta 13 horas y media en el Zócalo para ver al ídolo español
Abrid vuestros corazones, abrid vuestros cuerpos, abrid las piernas, o lo que queráis, pero dejadnos entrar, incitó a la concurrenciaFoto Víctor Camacho
Lunes 13 de mayo de 2013, p. 41
Para que lo invisible se hiciera visible, Miguel Bosé inició ayer su concierto Papitwo con Mirarte, canción número uno del homenaje que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) rindió a las progenitoras por el Día de la Madre en el Zócalo capitalino, donde acudieron más de 80 mil personas (70 por ciento de mujeres), algunos de los cuales llegaron desde las siete de la mañana y esperaron con estoicismo 13 horas y media para ver a su ídolo, no obstante el clima variable que fue de calor intenso, llovizna y un viento que calaba en las mejillas.
Parecía, a eso de las seis y media de la tarde, que apenas serían unos cuantos miles los asistentes, pero a las siete y media el panorama cambio y la plancha lució llena.
Buenas noches, México, estamos aquí, ¿saben por qué estamos aquí? Estamos para festejar a las madres. ¡Abrid vuestros corazones, abrid vuestros cuerpos, abrid las piernas, o lo que queráis, pero dejadnos entrar!
, incitó a la concurrencia.
Remató la idea con su éxito Duende, donde el sonido lució diáfano y potente.
Una gritería ensordecedora cundió por las cuatro esquinas del Zócalo cuando interpretó Nena. Más gritos cuando entró Ximena Sariñana para cantar a dúo Aire Soy, donde el español cachondea a la menuda Ximenita y pega su mejilla a la de ella.
Prosiguió con el tema mediante el que se declara pacifista, Porque quiero un mundo de paz para mis hijos
, dijo y entonó Partisano.
El entorno
Personal que coordina prensa por parte del Gobierno del Distrito Federal (GDF) expresó que Televisa y Ocesa fueron las instancias que daban permiso para que fotógrafos, con cámara profesional
, pudieran hacer tomas en el área más cercana al escenario.
El espacio se redujo, porque a unos 30 metros del escenario se colocó una torre para las cámaras de la empresa de Chapultepec, que posteriormente transmitirá un programa especial sobre la presentación del cantante español.
Frente al edificio del GDF sobre la acera fueron trasladadas las carpas y tiendas de campaña de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, donde en entrevista algunos dijeron que ayer domingo ya no habían sido presionados para retirarse del lugar. Precisaron que hablaron con las autoridades y llegaron a ese acuerdo, señalando que de ningún modo representaban ellos un estorbo para el concierto. El Zócalo es del pueblo, no de los artistas de Televisa
, añadieron.
Ante el Palacio de Gobierno los profesores mostraban pancartas en las que se leía: Protestar contra una ley injusta no es una inconformidad, sino un deber
, Maestro disidente, maestro consciente
, “No a la reforma educativa. En defensa de la educación gratuita y no privatizada“.
En los balcones de los hoteles y restaurantes que rodean a la plaza algunos privilegiados observaron el concierto sin apretujones ni inclemencias. La amenaza de lluvia se fue y todo quedó listo para que iniciara el culebrón de baladas del autor de Salamandra.
Como en pasarela, algunas personas con pulsera de invitado especial
caminaron muy orondos rumbo al corralito frente al escenario, a unos cuantos metros de Miguel Bosé.
El poder de los leds
Tres pantallas proyectaban imágenes del concierto que eran observadas por los de más atrás, hasta la avenida 20 de Noviembre y en los arcos del edificio del GDF.
Se escucharon las sentimentales Olvídame tú y la variante del síndrome de Peter Pan, Gulliver.
ijo que cantaría una serie de canciones de 37 años atrás, cuando fue el encuentro con el público mexicano. Habló de que la música es una creación humana que tiene el poder de que al volverse a cantar décadas después parece nueva y hace revivir sentimientos pretéritos.
Fue el momento de las baladas Te diré, Morir de amor, Don Diablo, Creo en ti, Amiga. Esta última lo ha hecho llorar, dijo, porque le recuerda a Jenni Rivera. Siguieron los éxitos que el público mexicano ha escuchado durante casi cuatro décadas.
El cierre fue un in crescendo continuo con Si tú no vuelves, Bandido y Te amaré.
Las tres horas de recital concluyeron con las manos en alto en un panorama de gran comunión, con un Bosé rendido y agradecido que prometió siempre volver. Pidió a los mexicanos cantar fuerte y amar la libertad, ¡Que nunca te la quiten, México!
Miguel Ángel Mancera, jefe del GDF, saludó a Miguel Bosé en el camerino detrás del escenario. Se estrecharon la mano, se dieron un abrazo y el mandatario defeño le deseo suerte.
La oficina de prensa del GDF informó que Protección Civil reportó saldo blanco alrededor del concierto.