Brasilia/Barcelona, 26 de mayo.

Neymar, la joven figura del futbol brasileño, lloró en su último juego oficial con el Santos este domingo, antes de fichar por cinco temporadas con el Barcelona, club en el que espera alcanzar el estatus de ídolo mundial.

El atacante, de 21 años, a quien la prensa brasileña bautizó como la joya, anunció el sábado su partida al club catalán después de nueve años de una brillante carrera en el Santos, del Rey Pelé.

Liberado por su equipo, que intentó en vano retenerlo hasta el final de su contrato en julio de 2014, Neymar eligió vestir la camiseta azulgrana antes que la del Real Madrid, equipo que avivó la puja por su contratación en las últimas semanas.

El Barcelona dio la bienvenida al atacante brasileño en su página web y lo presentó como uno de los jugadores de mayor potencial del mundo.

Este domingo, Neymar vistió la casaca 11 del Santos por última vez antes de firmar contrato este lunes.

Ante 63 mil espectadores, el atacante enfrentó al Flamengo en un empate sin goles, que significó el inicio del campeonato brasileño 2013, un duelo disputado en el estadio mundialista de Brasilia.

Al término del primer tiempo, Neymar no pudo contener las lágrimas ante las cámaras que lo asediaron durante todo el partido.

Es una emoción muy grande, pero sólo pienso en eso antes del juego. En el momento en que la pelota rueda, quiero ganar, afirmó Neymar a la televisión.

Su debut en el futbol español está previsto para después de la Copa FIFA Confederaciones que disputará como anfitrión Brasil, con Neymar como principal referente, entre el 15 y 30 de junio.

Ni el Barcelona ni el Santos revelaron detalles de la negociación, pero la prensa española cifra la transferencia entre 40 y 50 millones de euros (51.7 y 64.6 millones de dólares).

El Santos había fijado una cláusula de rescisión del contrato del atacante en 65 millones de euros. Según el diario deportivo catalán Sport, el brasileño cobrará 7 millones (de euros) por temporada. Se ubicará por debajo en la escala salarial de Messi y al mismo nivel que Xavi o Iniesta.

De 1.74 metros de estatura, liviano y sorprendente dominio del balón, el atacante emigra con el veredicto casi unánime de que su salida a Europa era imprescindible para potenciar su talento.