Venecia, 9 de junio.

La presencia de México en la Bienal de Venecia constituye una plataforma para los artistas que presenta el país. No obstante, la pertinencia de contar con un pabellón propio está en revisión y discusión por el actual gobierno mexicano.

Durante la inauguración de dicho recinto, en la edición 55 del encuentro de artes, funcionarios, artistas, así como críticos de arte, mexicanos y extranjeros opinaron al respecto:

Alessandro Maggioni, director de obras públicas de Venecia:

La concesión a México fue para tener por nueve años en comodato la iglesia de San Lorenzo por un costo de un millón 100 mil euros, que servirán para realizar todas las obras que le permitirán a ese país utilizar el espacio para la Bienal y para actividades culturales distintas. El municipio da derecho del uso del espacio a cambio de obras de restauración del inmueble, adecuándose a aquello establecido por la superintendencia.

Franco Gazzarri, director de la oficina de Eliminación de Barreras Arquitectónicas:

Respecto de las obras que tendrá que realizar México, se trata de hacer transitable únicamente la nave derecha de la iglesia con una estructura que dé la posibilidad de bajar y conocer los restos arqueológicos de la primera iglesia, erigida debajo de la actual. Hacer un diagnóstico sobre los trabajos necesarios, que es muy costoso, pero fundamental, porque sin ello en Italia no puede emprenderse ningún tipo de trabajo. México hará también la manutención del inmueble para salvarlo del deterioro. Además existe el compromiso de abrir el espacio para que el barrio pueda gozarlo.

María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes:

No existe nudo alguno referente a la situación del pabellón mexicano en la Bienal. Hay un convenio firmado de intención para que México participe en la restauración, como nuevas autoridades culturales. Por ahora, hemos hecho una adaptación para tener la presencia de México en la Bienal hasta noviembre, esto nos va a permitir analizar el flujo de gente. El lugar lo vale, pero es una iglesia que tiene vestigios arqueológicos y problemas estructurales que hay que analizar de forma responsable. De ninguna manera se pondrá en duda la presencia de México en la Bienal. Analizaremos simplemente si el espacio es adecuado para futuras bienales.

Rafael Lozano-Hemmer, artista mexicano.

“Sobre la participación de mi obra en la Bienal, tuve un salto increíble en mi carrera, debido a la diversidad del público, así como al enorme flujo de curadores y críticos que la visitó. La Bienal es una inversión, nosotros tuvimos 60 mil visitas; es un grupo con poder de decisión, con una búsqueda. A escala económica fue importante para mí, porque todas las obras del pabellón terminaron por venderse a museos en México, pero también en Australia y Japón. No es inmediato, pues no es una plataforma de ventas, aunque algunos galeristas intentan que lo sea. Por parte de la crítica tuve oportunidad de estar en casi todos los periódicos y revistas. Existen además los llamados Art Facts, especie de ranking de los artistas que al exponer en la Bienal suben exponencialmente, y aunque es vergonzoso, muchos coleccionistas los estudian, por ello se interesan en ese artista. Estar al lado de creadores de la estatura que se maneja aquí es fantástico, pero hacer una exposición en San Lorenzo, lucen hasta unas ligas.”

Jo-Anne Birnie Danzker, directora del museo Frye de Seattle:

He venido a la Bienal desde muy joven; he presenciado la expansión del espacio de los Jardines hacia el externo, en la ciudad, y puedo decir que este es uno de los más extraordinarios. México tiene la posibilidad de aprovechar un espacio espectacular en colaboración constante entre profesionistas de ambos países para contribuir al restauro y hacer renacer un monumento de este tipo. Está muy cerca del Arsenal, por tanto es un espacio muy interesante, no sólo por su belleza, sino por la ubicación. A diferencia de otros pabellones vinculados con el centro de Venecia, éste se encuentra en un área en fuerte crecimiento.

Barbara London, curadora asociada del MoMA:

Para curadores, directores de museos, en fin, gente vinculada con el arte contemporáneo, los Jardines son un concepto de gran estructura e interés político. Sin embargo, la energía pulsante de esta Bienal está en el exterior. Los curadores hoy se concentran en este espacio externo desde al menos los pasados 12 años. Es el exterior el que nos importa, porque en los Jardines o el Arsenal es siempre lo mismo de cualquier Bienal o museo, pero afuera es donde realmente se descubren sorpresas inesperadas.

Jo-Anne Birnie Danzker:

“El modelo de los Jardines empezó en 1895 y permaneció hasta finales de los 90, pero en la década reciente se ha impuesto este nuevo modelo que responde al siglo XXI, con un espacio e identidad local muy específica.