El sistema no fue diseñado para enfermedades crónicas
Jueves 13 de junio de 2013, p. 40
El acceso efectivo a la salud no será posible mientras el país carezca de atención primaria y una verdadera oferta de servicios médicos equivalentes entre la seguridad social y el Seguro Popular, advirtió Luis Durán Arenas, jefe del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dijo que las deficiencias son evidentes. “Lo vimos durante la epidemia de influenza (2009). Nos enteramos de la existencia de la enfermedad cuando el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) –hospital de alta especialidad– ya estaba saturado de pacientes, mientras en California, Estados Unidos, la detectaron en las clínicas de los condados”.
Al participar en el foro sobre salud, organizado por la Cámara Británica de Comercio, el académico criticó que se pretenda alcanzar una cobertura universal cuando ni siquiera se puede asegurar el acceso efectivo a los servicios básicos. Hay las clínicas por donde los pacientes hacen peregrinaciones para luego tener una consulta de 10 a 15 minutos. ¡Eso no es acceso!
, subrayó.
Luego comentó las diferencias entre los servicios de las instituciones de seguridad social y el Seguro Popular; mientras las primeras ofrecen el diagnóstico de más de 12 mil enfermedades, el segundo incluye mil 400 diagnósticos del catálogo internacional de enfermedades (CIE 10). Eso, dijo, tampoco es acceso universal.
En el mismo foro, Eduardo González Pier, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), reconoció que la tarea de ofrecer cobertura universal y salud para todos –comprometida por el presidente Enrique Peña Nieto– no es sencilla por diversas razones, entre otras porque los recursos económicos son limitados. El país invierte 800 dólares por persona por año para este fin. De este monto, la mitad es gasto que realizan las familias y el resto es inversión pública que se utiliza con base en prioridades.
Dijo que aunque ya existe una afiliación universal, no significa que las personas asistan a las clínicas ni que tengan las medicinas
que necesitan.
Además, dijo, el país cuenta con un sistema de salud diseñado para la atención de enfermedades infecciosas, cuando la mayor carga de morbilidad está en los padecimientos crónicos, los cuales también representan las principales causas de discapacidad y muerte prematura. Un sistema de salud con acceso efectivo a los servicios debe abarcar ambos aspectos.
González Pier enfatizó en la problemática que representa para el país las afecciones causantes de discapacidad y que principalmente afectan a personas en edades productivas. Sólo en el rango de 35 a 39 años de edad, se pierden casi un millón de años de vida saludable por enfermedades mentales y padecimientos músculo-esqueléticos.
En la población en general, las principales causas de años de vida saludable perdidos son la diabetes, la enfermedad isquémica del corazón y la insuficiencia renal crónica.
La buena noticia, apuntó, es que la mitad de la carga de enfermedad nacional se debe a cinco factores de riesgo que se pueden prevenir: el sobrepeso y la obesidad, niveles elevados de azúcar en sangre, dieta inadecuada,