Recuperan las tertulias taurinas
El más profundo de los secretos
Novillada de lujo en Cinco Villas
n el domo terraza Rodolfo Gaona, espacio de 120 metros cuadrados con amplios ventanales, de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, en Atlanta 133, colonia Nápoles, la directiva de ésta y el periodista El Bardo de la Taurina, conscientes de la importancia de conservar tradiciones que emanan de la fiesta brava, decidieron retomar las olvidadas tertulias taurinas, esas útiles reflexiones en voz alta a cargo de profesionales y aficionados pensantes como provechoso instrumento de orientación e intercambio de opiniones.
Esta oportuna temporada de encuentro y diálogo dio inicio el jueves 20 de junio con el tema Silverio y su legado a la escuela mexicana del toreo, y contó con el conmovido testimonio de Silvia, hija del Faraón, del escrupuloso ganadero de Huichapan, don Adolfo Lugo Verduzco, de los elocuentes matadores Jerónimo y Juan Luis Silis, en su calidad de exponentes de la vertiente silverista, del matador Antonio Urrutia, representante de la asociación anfitriona, y con El Bardo de la Taurina como moderador y organizador. Se habló de la urgencia de recuperar la dignidad del torero y de fortalecer la expresión taurina de un pueblo, y deleitó con su bella voz la cantante Magia, sobre todo en su personalísima interpretación del pasodoble Silverio, de san Agustín.
Alejadas de toda solemnidad y engolamiento, estas tertulias, en principio con una periodicidad mensual y a partir de las 19 horas, han sido estructuradas en tres tercios: Socialité, Charlas y Convivio, sazonadas con las delicias de la gastronomía de La Nueva España y servicio de bar. Asimismo, se contó con una muestra del fotógrafo Edmundo Toca, exhibición de artículos y accesorios españoles y artesanía taurina mexicana, todo lo cual puede ser adquirido por los asistentes. Fue grato saludar a matadores como Arturo Velázquez Talín o Israel Téllez, quien al día siguiente volaba a Lima para cumplir varias fechas en ruedos peruanos, o al prometedor novillero Jorge Rizo.
En el toreo el más profundo de los secretos sólo lo conocen unos cuantos y lo ejercen algunos elegidos. La profundidad no se enseña en ninguna escuela taurina, ni en ninguna academia de arte
–observa la inteligente cronista, editora y diseñadora de la revista Passion PRE, especializada en caballos pura raza española y toros, Mónica Bay, quien firma sus artículos, entrevistas y certero resumen de la temporada grande como Luna Turquesa.
“Es un don –agrega. No sirven de nada las mejores intenciones, ni la disciplina más tenaz. Tampoco sirve concentrarse, ni leer mucho. No se logra con influencias. No se trae en la sangre, se trae en el alma. No la proporciona la técnica, ni el estatus social, ni la condición física. La hondura no se entrena como la suerte suprema, las banderillas o el natural. Se trae o no se trae. Y quien la tiene, come aparte.
“No es una cualidad común –prosigue Mónica. Ni la sabiduría, ni el valor, ni la mínima distancia confieren profundidad. Ser una figura consolidada tampoco es garantía de poseerla. Hay seres por naturaleza profundos, y su misma escasez los hace tan preciados como diamantes. Un detalle aislado pero hondo, vale muchísimo más que diez pases ligados navegando en las frías aguas de la superficialidad.
La profundidad es expresar algo no sólo con el corazón, sino también con los riñones, el hígado, el páncreas, los pulmones, las arterias y la médula espinal. Por eso al final es tan extenuante. Y es conjuntado con esa hondura, como un pasodoble ocasional suena como la más conmovedora sinfonía jamás escrita. Y entonces todos los presentes se miran, y por un segundo coinciden y se sienten amigos de toda la vida
–remata Luna Turquesa con fina perspicacia.
Ante el árido panorama novilleril nacional impuesto por el duopolio taurino más rico pero menos imaginativo del mundo, consuela e ilusiona que aficionados de hueso colorado como Luis Marco y Lucero Domínguez ofrezcan en el cortijo Cinco Villas, en Cuautlalpan, Texcoco, estado de México, carteles con un concepto muy claro: respeto a la fiesta de los toros y a su futuro, así como al público que la posibilita.
El próximo sábado 29, a las 13 horas, en el ruedo de Cinco Villas, recubierto con albero sevillano, esa arena clara que parece inspirar a los toreros, harán el paseíllo los triunfadores hidrocálidos Nicolás Gutiérrez (16 años), Javier Castro (20), Diego Sánchez (14) y Jorge Salvatierra (18), para estoquear un bien presentado encierro de La Guadalupana, de don Juan Flores. Se puede llegar por la Autopista Peñón-Texcoco o por la carretera México-Texcoco y en Cuautlalpan tomar por Av. Jardín al Fraccionamiento El Tejocote, hasta Camino a Santa Martha. Boletos en la Asociación de Matadores.