La CEDH solicitó investigar el caso y reparar el daño
Cirujanos le quitaron el cerebelo y dejaron residuos de tumor y gasas
Domingo 23 de junio de 2013, p. 34
Un tumor en el cerebro de Akin, cuando tenía dos años ocho meses, y una mala atención médica le ocasionaron daño severo e irreversible. Actualmente el niño tiene siete años pero la edad neurológica de un bebé de seis meses. No camina ni se alimenta solo; no habla, sólo balbucea. Tampoco escucha. Todo se debe a que en la cirugía que le practicaron en julio de 2007 médicos del Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, de San Luis Potosí, le quitaron el cerebelo y dejaron residuos de la neoplasia y gasas.
El neurólogo Roberto Rodríguez Della Vecchia y el neurocirujano Juan Carlos Chalita Williams son señalados como responsables del daño que sufrió Akin por las gasas que dejaron en su cabeza y porque nunca informaron a los padres del problema, ni siquiera después de la segunda cirugía, que realizaron supuestamente para cerrar la fístula que se había desarrollado dentro del cráneo del menor.
El de Akin no es el primer caso de negligencia médica cometida en ese nosocomio. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) investigó el caso y emitió una recomendación, en la que además de solicitar una indagación y la reparación del daño, resalta que en diciembre de 2008 conoció de otro paciente al que también dejaron gasas. Esta persona murió.
Pensaron que mi hijo viviría unos días y moriría. Por eso no dijeron nada
, relata Enrique Rodríguez Herrera, padre de Akin, y sigue: Pero les falló
.
El niño sobrevivió porque ante el progresivo deterioro de su salud y la herida en la cabeza, que no sanaba, por el contrario, crecía cada día (tenía un abultamiento que luego supieron era acumulación de líquido cefalorraquídeo), sus padres viajaron al Distrito Federal con un pase para el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Era octubre de 2007, casi tres meses después de su primer ingreso al hospital Morones Prieto. Los médicos del Seguro Social le tomaron una imagen de resonancia magnética. Dijeron que el tumor (meduloblastoma) seguía en la cabeza de Akin y que lo ingresarían al quirófano, pero lo que encontraron fueron las gasas que dejaron los cirujanos de San Luis Potosí.
El tratamiento que recibió el pequeño en el IMSS le ayudó a sobrevivir, aunque del daño cerebral ya no se recuperará. No obstante, Enrique y su esposa Yanin no pierden las esperanzas y puntualmente asisten a las citas con especialistas en el Siglo XXI, incluidas la terapia física y de rehabilitación.
Enrique tiene pruebas de todo lo que los doctores del hospital Morones Prieto le hicieron a su hijo. Con ellas inició una demanda penal y una queja ante la CEDH. En la recomendación 11/2010, dirigida a la Secretaría de Salud de San Luis Potosí, el ombudsman dio cuenta de las irregularidades cometidas por los médicos.
En tanto, la averiguación previa 526/2008 en la procuraduría de San Luis Potosí no avanza, a pesar de las evidencias y de que el agente del Ministerio Público tiene conocimiento de la recomendación de la CEDH y del dictamen que documenta la negligencia médica.
Enrique y Yanin no se dan por vencidos. Trabajan en lo que pueden, en el comercio ambulante, mientras uno de ellos se turna para ocupar algún empleo temporal, porque Akin no puede estar solo. Les faltan muchas cosas, empezando por una vivienda en planta baja porque deben cargarlo y lo hacen con gusto, pero mis rodillas y mi espalda ya lo resienten
, dice Enrique. Y es que, aunque poco, el niño crece y sube de peso.
Necesitan un auto acondicionado para transportarlo. Viajan en autobús desde San Luis Potosí para acudir a las citas en el Siglo XXI. En la ciudad se mueven en transporte público y llevan a Akin en una carreola que está a punto de no servir más.