Viernes 28 de junio de 2013, p. a14
Los planes generales de Samantha Terán incluyen mantener una línea ascendente en el circuito mundial de squash, pero uno de sus grandes objetivos es que ese deporte logre introducirse en el programa olímpico de 2020, aunque tal vez su carrera no le alcance para estar en esa cita, a la que llegaría de 37 años de edad.
La multicampeona continental y 11 mundial, sin embargo, sostiene que se dará por satisfecha de haber participado en el proceso de la inclusión del squash en la justa veraniega, para lo cual, la disciplina se juega una plaza disponible con lucha, beisbol y softbol, estos dos últimos de manera fusionada en una sola federación y como dos especialidades.
La asamblea del Comité Olímpico Internacional elegirá en septiembre, en Buenos Aires, cuál de esos tres deportes será olímpico en 2020. La lucha ya está y también lo será en 2016, pero la comisión ejecutiva del COI la propuso en febrero pasado para salir del programa. Ahora la recupera, en competencia con los otros dos, para que decida la asamblea.
Con el squash, los juegos pueden ganar un nuevo deporte de raqueta, que se uniría al tenis, tenis de mesa y bádminton. Se practica en más de 180 países y entre sus defensores como posible deporte olímpico se ha pronunciado el tenista suizo Roger Federer.
El squash sería el único deporte realmente novedoso en la cita veraniega si finalmente es aprobado, ya que se quedó a las puertas en 2005 y en 2009, cuando se aceptó el golf y el rugby.
Terán afirma que la mejor manera de promoción y defensa de la causa hacia los Juegos Olímpicos es un buen desempeño: Lo importante es formar parte como deporte desde el ciclo olímpico, porque es el reconocimiento que tiene y todo lo que está en nuestras manos, tanto jugadores como directivos, ya se ha hecho
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