El Museo Franz Mayer monta muestra de los hermanos Humberto y Fernando Campana
Fomentan la discusión para ver que las cosas no son tan ortodoxas, dice el director del recinto
Miércoles 10 de julio de 2013, p. 7
Un conjunto de peluches, muñecas de trapo, pedazos de madera o mangueritas tal vez no parezca el material más indicado para intervenir una silla. Sin embargo, los diseñadores brasileños, los hermanos Humberto y Fernando Campana, se han atrevido a lo largo de dos décadas a provocar al mundo con sus ingeniosos muebles, lámparas y objetos de uso cotidiano.
Esta situación los ha convertido en auténticos personajes del ámbito del diseño después de creadores como Philippe Starck o Frank Gehry, expresó Héctor Rivero Borrell, director del Museo Franz Mayer, recinto que abrió sus puertas a Anticuerpos: obras de Fernando y Humberto Campana 1989-2009, exposición lúdica e itinerante proveniente del Museo de Diseño Vitra, Weil am Rhein, Alemania.
Ya hubo un movimiento en el mundo del diseño, hace 30 o 40 años, preocupado por crear con base en el reciclaje, precisó Rivero Borrell. Los Campana lo que plantean es una distinta forma de entender lo que es el diseño: Sus propuestas nos hacen reflexionar en torno a esas fronteras que a veces inventamos, o luego existen por allí, entre lo que es diseño y lo que es arte. También nos hacen cuestionarnos sobre ese requisito que a veces nos ponemos de que el diseño tiene que funcionar, la función antes de la forma
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En su calidad de personajes irreverentes
, Humberto (1953) y Fernando (1961) “brincan las reglas y traen una serie de propuestas, luego inspiradas en las favelas que rodean las principales ciudades de Brasil, a veces al reutilizar materiales, en otras ocasiones nos engañan visualmente con estos materiales. Pero, detrás de todo esto hay una búsqueda primera de su parte de plantear cosas diferentes, aunque evidentemente hay una intención de fomentar la discusión, de hacer que pensemos, de darnos cuenta que las cosas no son tan ortodoxas como a veces queremos que sean”, señaló el director del museo.
Si Humberto estudió diseño, Fernando se tituló de abogado, aunque de manera artesanal diseñaban objetos que no se producían industrialmente. Pero un día decidió colgar su título y unirse al hermano para formar una mancuerna que se ha complementado muy bien, dijo Rivero Borrell. En 1989 presentaron su primera exposición Desconfortaveis (Incómodos), que reunió una serie de sillas de acero con la idea de contraponer el tema de la cultura carioca frente a los 20 años de la dictadura militar. Su prolífica carrera los ha llevado al Museo de Arte Moderno, en Nueva York, en 1998, y a formar parte de las colecciones privadas del Centro Georges Pompidou, en París, y del Museo de Arte Contemporáneo, en Tokio. Ya tienen seguidores en todo el mundo.
Después de su estancia en el Museo Franz Mayer (avenida Hidalgo 45, Centro Histórico), que concluirá el 29 de septiembre, Anticuerpos... se montará en el Museo de Arte Contemporáneo, en la ciudad de Oaxaca.