Once países de la UE ya aprobaron aplicar el gravamen
El gobierno de Sarkozy la propuso, pero el de Hollande la critica
Domingo 14 de julio de 2013, p. 24
Después de impulsar durante cinco años una tasa impositiva a las transacciones financieras, a fin de resarcir el costo de las ayudas con recursos públicos al sistema financiero después de la crisis de 2009, el gobierno socialista de Francia pretende dar marcha atrás a su aplicación –ya aprobada por varias naciones europeas– e incluso exigió a la Comisión Europea que rebaje el alcance del gravamen por considerarlo excesivo
.
La propuesta que en estos días será discutida por los organismos de gobierno europeos fue planteada inicialmente por el gobierno francés del ex presidente Nicolás Sarkozy, de derecha.
El ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, afirmó el pasado jueves que el proyecto que se discute en Bruselas en la etapa final previo a su aplicación, tal como está planteado puede afectar el futuro industrial de la plaza financiera de París. El ministro exigió al comisario europeo de política fiscal, Algirdas Semeta, que mejore y suavice
sus sugerencias iniciales.
La retractación de Francia se da pese a ser uno de los países impulsores del cobro del impuesto a las transacciones financieras, y pese a que 11 países de la Unión Europea se han puesto de acuerdo en su aplicación.
El impuesto denominado Tasa sobre las Transacciones Financieras (TTF), también conocido como tasa Tobin, en honor al economista estadunidense y Premio Nobel James Tobin, quien la propuso desde los años 70, pretende gravar con 0.1 por ciento las transacciones con acciones y bonos y con una tasa de 0.01 por ciento las operaciones con derivados (instrumentos de alto riesgo), tal como han aprobado los eurodiputados en la Comisión Europea (CE).
Este impuesto está planteado para que los bancos contribuyan a los costos que implicó la crisis financiera internacional, a partir de la cual se destinaron miles de millones para sus rescates tanto en Estados Unidos como en países europeos.
“Quienes impulsan ahora la tasa Tobin son aquellos que desde 2007 han venido destinado sumas millonarias para rescatar a la banca y a las corporaciones trasnacionales, en desmedro de los pueblos europeos, que asumen los costos de los rescates mediante el aumento insostenible de la deuda pública de sus estados.
“Se trata de una deuda pública que encuadra en el concepto de deuda ‘odiosa’, ya que es contraída en beneficio del capital trasnacional y no de la población, que es en definitiva la termina pagando”, apuntó recientemente el Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), organización no gubernamental con sede en Bruselas.
Según el CADTM, reconocida por documentar el costo para los ciudadanos de las deudas contratadas por los gobiernos, la tasa Tobin se transforma en un instrumento funcional al sistema financiero. Su finalidad es limitar sus excesos, a fin de evitar su colapso
.
Los 11 países que están dispuestos a gravar las transacciones financieras son, además de Francia –que fue hasta hoy uno de los principales impulsores–, Alemania, Italia, Estonia, España, Grecia, Eslovaquia, Bélgica, Austria, Portugal y Eslovenia. Al impuesto se oponen Reino Unido, la principal plaza financiera europea, y Luxemburgo, uno de los refugios del gran capital.
Según los datos que manejan organizaciones como Intermon Oxfam, que toma como referencia el cálculo del Instituto de Investigación Económica (DIW) alemán, la entrada en vigor de la tasa supondrá que esos 11 países recauden 37 mil millones de euros anuales.
En mayo del año pasado, el pleno del Parlamento Europeo aprobó la introducción del impuesto sobre las transacciones financieras. El mes pasado éste aprobó que la TTF se aplique de forma amplia en la Unión Europea. Solo resta que los ministros de finanzas del bloque se pongan de acuerdo en cuestiones técnicas. Por ello, la iniciativa volverá a ser votada por el pleno de la Eurocámara en este mes, en Estrasburgo, ya que los eurodiputados quieren que la tasa pueda estar en vigor antes de las próximas elecciones europeas, en mayo de 2014.
A penas el pasado 18 de junio la ponente de la propuesta, la socialista griega Anni Podimata, señaló que las negociaciones han sido complicadas
, a consecuencia de la intensa presión realizada por el sector financiero
.
A sólo un paso de su implementación, el ministro francés pide ahora revisar y suavizar
la propuesta. Moscovici se erige así en portavoz de la patronal, la banca, las aseguradoras y la bolsa francesas
, que enviaron una carta conjunta al ministerio en la que consideran que la TTF les supondrá un costo superior a 70 mil millones de euros. El sector considera que la tasa sólo serviría para destruir riqueza
, apuntó el diario español El País.