Opinión
Ver día anteriorDomingo 28 de julio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El despertar

Pequeña conversación con el gran Porfirio

–¿I

nsistes en que tu generación fracasó?

PML: Nuestra generación no es la única que ha fallado en el cumplimiento de sus objetivos explícitos. Lo que ocurre es que surgimos en un horizonte histórico en el que parecía que una transformación profunda del país era posible. El camino se extravió en una sucesión de crisis económicas que no se confrontaron adecuadamente. Se siguió el atajo fácil de las políticas neoliberales que terminaron multiplicando la corrupción, reduciendo los márgenes de la soberanía y profundizando las desigualdades.

–30 años de esas políticas han llevado a México a la decadencia. ¿Podremos salir de ella?

–Las posibilidades de enderezar el rumbo son hoy escasas. Si llegara a suceder no lo veo como obra de un dirigente patriótico, sino por la movilización de la sociedad y el arribo al poder de generaciones menos contaminadas.

–El eje que das sentido a tu vida pública es el nacionalismo. Hoy el patriotismo se ha debilitado en una cultura de sometimiento.

–Te agradezco que resaltes la congruencia como valor definitivo de mi vida pública. Aparte de errores que siempre se comenten, creo que los derroteros que seguí obedecieron en cada época a un proyecto de nación independiente y justo que imaginamos desde la juventud. El patriotismo al que te refieres lo recibimos de la familia, lo acrecentamos con los maestros de entonces y lo templamos en el contacto con la realidad del país y en nuestra relación con la cultura universal.

–¿Has pagado una cuota grande de sufrimiento en tu vida política?

–Me sorprende haberte hablado de sufrimiento como un efecto de la vida pública sobre mi persona. Creo que en muchas ocasiones la actividad política fue gozosa, plena de satisfacciones. Tal vez aludí a la angustia cotidiana que genera el ejercicio ineludible de responsabilidades. Viví cada momento como un instante de la historia.

–Has tenido un trayecto accidentado en la política, tus críticos hablan de oportunismo.

–Uno de los puntos de la transición mexicana fue el arribo al pluralismo, por tanto la apertura de caminos políticos para realizar tus ideas. En realidad yo sólo he militado en dos partidos: el PRI, al que renuncié en una ruptura recordada, y el PRD, que fundé y del que más tarde me alejé por las inconsistencias que se conocen. Cada uno de los capítulos de mi historia pública merecen una explicación particular, pero todos se originan en un mismo afán de democratizar a México.