on sorprendentes los resultados del estudio realizado por Karl R. Koehler y sus colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en los que muestran el desarrollo del epitelio sensorial del oído interno, a partir de células troncales en el ratón. El grupo de investigación ha logrado lo anterior mediante un sistema de cultivo tridimensional y los resultados fueron publicados el pasado 10 de julio en la revista Nature.
El oído interno es una estructura muy compleja. El epitelio sensorial tiene células que detectan los movimientos de la cabeza, la gravedad y el sonido. El grupo de investigadores informó que mediante su sistema de cultivo fueron capaces de orientar el desarrollo de células troncales (primeras células que aparecen en el desarrollo embrionario y tienen la capacidad de transformarse en células especializadas) para convertirlas en células ciliadas sensoriales.
Los intentos anteriores habían tenido resultados pobres cuando se empleaban sistemas planos, por lo que la organización tridimensional del cultivo parece desempeñar un papel clave. En estas condiciones se produce un proceso autoorganizado que imita el desarrollo normal. Las vesículas que contienen células primitivas (prosensoriales) se transforman gradualmente en células ciliadas con los componentes característicos de las células epiteliales normales.
De acuerdo con Eri Hashino, quien lidera al grupo de científicos, el objetivo inicial era sólo crear precursores del oído interno, pero sus expectativas se vieron superadas al encontrar miles de células ciliadas en una placa de cultivo.
Los autores realizaron pruebas electrofisiológicas (el registro de señales eléctricas) que muestran que se trata de células funcionales que responden a estímulos mecánicos y son en su mayor parte del tipo de las que responden a la gravedad y sentido del movimiento.
Pero además, las neuronas como las que normalmente conectan las células del oído interno con el cerebro también se habían formado en el cultivo, aunque se requiere de estudios adicionales para determinar cómo podrían desarrollarse las células del oído interno que participan en la audición.
Por ahora, a partir de estos hallazgos, se cuenta ya con un modelo para lograr una mayor comprensión del proceso de desarrollo del oído interno, es una base para avanzar hacia la terapia celular para el tratamiento de trastornos del oído, y un sistema para crear y poner a prueba nuevos medicamentos.