Juzgado en Nayarit que la investiga por lavado de dinero no ha recibido aviso oficial
Sandra Ávila Beltrán se encuentra en una prisión de tránsito en el condado de Glades
Jueves 1º de agosto de 2013, p. 11
El gobierno mexicano fue notificado este miércoles de parte de las autoridades de Florida, Estados Unidos, sobre la próxima deportación a territorio nacional de Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico, aunque funcionarios del juzgado federal con sede en el estado de Nayarit, que mantiene abierto un proceso contra la mujer por lavado de dinero, dicen que no han recibido ninguna notificación sobre su regreso, informaron fuentes gubernamentales locales y del Poder Judicial Federal.
Ávila Beltrán fue trasladada ayer del Centro de Detención Federal de Miami a una prisión de tránsito, a la espera de ser deportada a México.
Aún se desconoce el día y hora en que la mujer será entregada a las autoridades migratorias mexicanas.
En Estados Unidos su abogado, Stephen Ralls, dijo que la detenida fue enviada al Moore Haven Correctional Facility, en el condado de Glades.
De acuerdo con la página web de la Oficina Federal de Prisiones, Beltrán, de 52 años de edad, concluyó con su periodo de reclusión en Estados Unidos.
Ralls explicó que las autoridades migratorias deben tomar en custodia a La reina del Pacífico para su posterior deportación.
El pasado jueves, Sandra Ávila fue condenada a 70 meses de cárcel por el juez federal Michael Moore; sin embargo, el magistrado consideró su pena cumplida, debido al tiempo que ya llevaba en prisión, la mayoría en México, de donde fue deportada en agosto del año pasado.
Formalmente, la condena se cumplió el domingo.
En abril, Sandra Ávila Beltrán se declaró culpable de haber colaborado con el narcotraficante colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez, alias El tigre, considerado uno de los enlaces más importantes entre el cártel de Sinaloa y el colombiano del Norte del Valle.
Como parte de un acuerdo para que su sentencia fuera reducida, la mexicana reconoció que ayudó a su entonces pareja a evadir la justicia.
De esa forma, Ávila Beltrán evitó ir a un juicio en el que hubiera tenido que enfrentar el cargo de asociación ilícita para importar y distribuir cocaína en Estados Unidos y una pena mayor en caso de ser hallada culpable.