Don Chaí, como era conocido, tenía 88 años; su legado, decenas de sones de tarima
Sus hijos seguiremos tocando su música
, expresó un integrante de Los Pichihuaxtles
Domingo 4 de agosto de 2013, p. 5
Tixtla, Gro., 4 de agosto.
A los 88 años de edad murió el tapeador (intérprete de cajón) Isaías Basilio Bautista, integrante del conjunto de sones de tarima (mezcla de la música de la Costa Chica y la cueca de Chile) Los Azohuaxtles, oriundos del municipio de Tixtla.
El género son de tarima proviene de la zona de la Costa Chica, donde se le conoce como son de artesa. Llegó a Tixtla gracias a los arrieros que cada año asistían a las fiestas de la Virgen de la Natividad, que se celebran el 8 de septiembre desde mediados del siglo antepasado; se convirtió en son de tarima a finales de los años 30, cuando se conformó el grupo de Los Azohuaxtles, que en náhuatl significa planta siempre verde.
En el velorio, Los Pichihuaxtles, grupo conformado por los hijos de don Isaías, a quien en Tixtla se le conocía como Don Chaí, interpretaron los sones que tocaba su padre, mientras sus nietos y nietas los bailaban frente al ataúd.
Francisco Javier Basilio, uno de los hijos de don Isaías, recordó que la primera etapa del grupo Los Azohuaxtles la fundó don Jesús Ramírez, quien también inventó el cajón tapeador, hecho de madera. En Tixtla sustituimos la canoa, sobre la que bailan en la Costa Chica, por el cajón; así surgieron los sones de tarima.
Definió los sones de tarima, que se tocan con la vihuela, el arpa y el cajón tapeador, como una mezcla entre la cueca chilena y la música tradicional de la Costa Chica .Los músicos tixtlecos conocieron al arpista Eduardo Gallardo en el municipio de Cruz Grande, y vino a dar clases a Tixtla, siendo sus discípulos Juan Valle y Vicente González. Ahora en pocas ocasiones se utiliza el arpa, porque ya casi no hay arperos
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Los Azohuaxtles grabaron un disco. “Sabemos que al menos hay 40 sones, pero también corridos, jarabes, papaquis (versos), arrancazacates, entre otros géneros. En el acetato se incluyeron varios temas como La iguana, El zopilote y La Petenera, entre los más conocidos”. En el sepelio de don Isaías se interpretaron sones como El arrancazacate, Santo Papa, La tixtlequita, La mariquita y Tixtla, espejo de los Dioses, entre otros, acompañados por los bailadores improvisados.
Existió la intención de hacer un disco con el cantautor Óscar Chávez, pero al parecer hubo algunas diferencias en cuanto a los arreglos musicales, y la forma en que se interpretarían los sones
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Francisco Javier Basilio recordó una anécdota de cuando Los Azohuaxtles estuvieron un mes en Los Pinos, en la gestión de José López Portillo. Nos platicaba mi padre que fueron invitados por su esposa Carmen Romano. Mi papá le dijo a la señora que ya se iban a regresar, porque los iban a despedir de sus trabajos, y fue cuando intervino doña Carmen. Mi papá era maestro, y los otros compañeros trabajaban en el campo, y uno era carpintero
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También narró que en una ocasión fueron a tocar al Museo del Chopo, en la ciudad de México, y que “cuando regresaron al hotel, que era muy lujoso, estando en el restaurante pasó una mujer, de baja estatura, y muy bien formada, y de inmediato don Jesús Ramírez le compuso el Son de la chaparrita”.
Se fue el último de Los Azohuaxtles. Tixtla se quedó sin su tapeador, pero nosotros seguiremos tocando su música, la misma que compusieron cuando eran arrieros
, concluyó.