Hondureños y salvadoreños, afectados
Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 13
Pese a que las leyes mexicanas incluyen la posibilidad de otorgarle una visa humanitaria y un permiso de asilo a los migrantes indocumentados que se encuentren en condiciones particulares de vulnerabilidad, las autoridades negaron dicho recurso a dos ciudadanos hondureños y uno salvadoreño que lograron escapar de un secuestro y denunciaron a los criminales.
Así lo advirtió Lorena Cano, subcoordinadora del área legal del colectivo Sin Fronteras, quien afirmó que la situación para los mencionados hombres es todavía más grave, porque algunos de sus plagiarios se hicieron pasar por víctimas y se encuentran detenidos en la estación migratoria de Iztapalapa igual que ellos, lo cual los pone en riesgo de ser identificados y agredidos.
Luego de ser secuestrados el pasado mes de mayo en una entidad que forma parte de la ruta migratoria, los jóvenes en cuestión y otro grupo numeroso de indocumentados fueron sometidos a torturas para obligarlos a decir a los delincuentes el teléfono de algún pariente en Estados Unidos a quien pudieran pedir un rescate.
Aprovechando un momento de distracción de los plagiarios, un ciudadano salvadoreño logró escapar en la madrugada y denunciar ante la policía lo ocurrido, lo que les permitió realizar un rescate al día siguiente.
Sin embargo, aunque a las mujeres que fueron víctimas de agresiones sexuales les permitieron ir a un albergue para recibir ayuda especializada, a los hombres los enviaron por su propia seguridad
a la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Iztapalapa, donde todavía están detenidos por tiempo indeterminado.
Los dos hondureños y el salvadoreño solicitaron asilo en México –argumentando que los secuestradores ya tenían sus datos y podían buscarlos en sus países de origen para vengarse–, así como una visa humanitaria que les permitiría estar 180 días en el país, con posibilidad de renovación.
Sin embargo, ayer fueron notificados de que no serían beneficiarios por ninguna de las dos herramientas legales, y aunque tienen la posibilidad de apelar, ello implicaría seguir recluido en la estación migratoria.
A todo lo anterior, señaló Cano, se suma el hecho de que algunos de sus secuestradores se hicieron pasar por víctimas y están recluidos en el mismo sitio que ellos, lo cual los pone en riesgo de ser identificados y agredidos nuevamente.
Los chicos tienen miedo de decir sus nombres verdaderos, porque ya no saben quién es quién y pueden sufrir una agresión adentro de las estaciones migratorias, que están llenas de corrupción. El INM está obligado a notificar de esta situación a la Secretaría de Gobernación pero no lo hacen, por eso exigimos que los tres sean puestos inmediatamente en libertad
, recalcó la activista.