La empresa debe ahora tres centavos de cada peso, dice Badín
Lunes 26 de agosto de 2013, p. 25
El último vuelo de Mexicana de Aviación ocurrió el 28 de agosto de 2010. Fue el MX866 México-Toronto sin regreso, porque el avión se entregó en Canadá, como se entregaron 99 más en otros lugares (se anexan ligas de youtube con grabaciones del vuelo hechas por los trabajadores vuelo 28 de agosto de 2010; MX México-Toronto)
La aeronave con matrícula A319XA-MXI partió a las 14:15 horas del aeropuerto Internacional de la ciudad de México (IACM). La tripulación y los pasajeros abordaron por la puerta de última espera 19D y desde entonces ningún otro avión de Mexicana ha vuelto a volar.
En tierra se quedaron 8 mil 500 trabajadores, una deuda por 17 mil millones de pesos y ningún responsable de la situación de la empresa, pero en contraste hay miles de acreedores, entre ellos Banorte, y el propio gobierno a través del AICM, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y Bancomext, que mantiene los nueve aviones de la empresa bajo su resguardo en espera de que le paguen un crédito.
Tres años después Mexicana debe tres centavos de cada peso; el último grupo inversionista interesado en sacarla de concurso mercantil ofrece a los trabajadores 970 millones de pesos para liquidar al personal, y la justicia mexicana les volvió a negar uno de los muchos recursos que han promovido para rescatar su fuente de empleo al no concederles el pago del pasivo laboral que reclamaron mediante el cumplimiento del Convenio 173 de la Organización Internacional del Trabajo.
Sin embargo, el conciliador y administrador de Mexicana de Aviación, Gerardo Badín, sostuvo que no se puede afirmar que estemos como al principio
. Hace tres años Mexicana debía cerca de 17 mil millones de pesos, hoy debe tres centavos por cada peso; tenía todo tipo de aviones, hoy tiene un modelo de negocios con una sola familia, lo que significó acabar con siete u ocho inventarios y sobre eso tiene que optimizarse. Tenía los contratos de trabajo igual de pesados que los de Aeroméxico, tan es así que el contrato B en el que tanto insiste Aeroméxico es el que tenemos, el que negociamos con los trabajadores, esas son las aportaciones del concurso mercantil
.
La disminución de la empresa fue necesaria para reducir costos, para salir al aire tendría nueve aviones de más de 100 que fueron devueltos a los arrendadores, de los 86 puntos de ventas que había como sistema quedan cinco, ya no son tiempos de las salas VIP, y para empezar habría 17 rutas en contra de los cientos que los trabajadores reclaman como bienes tangibles o intangibles de la empresa junto con los slots.