Sociedad y Justicia
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Solución miope que llevaría la quiebra a la industria, dicen

Rechazan embotelladores y cañeros impuesto adicional de 20 por ciento
 
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de agosto de 2013, p. 37

Aplicar un impuesto especial adicional de 20 por ciento a los refrescos azucarados es una solución miope y que no resolverá el problema de la obesidad en el país, pero que sí creará tensiones sociales y desempleo, consideraron representantes sindicales, productores de caña de azúcar, refresqueros y pequeños comerciantes.

A principios de agosto la Organización Panamericana de la Salud (OPS), El Poder del Consumidor, investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y la senadora Marcela Torres Peimbert apoyaron la iniciativa de gravar dichos productos y señalaron que esa medida debía ser incluida en la reforma fiscal a fin de desalentar el consumo de refrescos azucarados y así incidir en la disminución del sobrepeso, ya que indicaron que en México se consumen 163 litros por persona al año.

En respuesta, en conferencia de prensa Ernesto Herrera Arce, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas, Juan Cortina, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera; Carlos Blackaller Ayala, presidente de la Unión Nacional de Cañeros; Félix Cerda Barrios, de productores cañeros de la Confederación Nacional Campesina, y Adrián Sánchez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares, rechazaron la propuesta de gravar con otro impuesto a un producto que tiene IVA de 16 por ciento.

Herrera Arce aseguró que el refresco representa sólo entre 5 y 6 por ciento de la ingesta calórica de un mexicano y remarcó que no existe relación estadística entre el consumo de refrescos y los índices de sobrepeso y obesidad.

También dijo que en los pasadoas 20 años la ingesta de refrescos subió sólo 20 por ciento en el país, lo que representa 0.4 por ciento anual e insistió en la ineficiencia del impuesto especial a refrescos.

Cortina criticó que se quiera demonizar al azúcar y subrayó que un impuesto no va resolver el problema de la obesidad, porque es una solución miope, mientras Blackaller estimó que es un impuesto desinformado y auguró que podría llevar a la cuasi-quiebra al sector cañero .

Sánchez resaltó que es importante cuidar la salud, pero también lo es no poner en riesgo a una industria tan importante y cuidar los empleos.

Coincidieron en que el problema de obesidad no se debe a un producto, sino a un estilo de vida en el que hay un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético; lo importante es el contenido calórico de la dieta, no de un componente”.

Tras remarcar que la cadena caña de azúcar-refrescos da empleo indirecto a 3 millones de personas y directo a 550 mil, aseveraron que está comprometida con la lucha contra la obesidad y por ello ha lanzado campañas como Lonchicuates y Checa y elige.