El Divo de Juárez ofreció su éxitos ante políticos y privilegiados personajes de la farándula
Isabel Pantoja acompañó al músico en el homenaje que le organizaron los gobiernos de Chihuahua y Michoacán
“Ahorita vas a ver a Cepillín”, le responde una madre a su hija a la entrada del recital
Domingo 1º de septiembre de 2013, p. 8
En el concierto más privado de su vida, el cantante y compositor Juan Gabriel ofreció un recital con sus éxitos la noche del pasado viernes en el Palacio de Bellas Artes, ante políticos y algunos personajes de la farándula, quienes entraron con su invitación personalizada.
Horas antes del inicio de la fiesta organizada por los gobernadores de Chihuahua y Michoacán, César Duarte Jaques y Jesús Reyna García, respectivamente, se colocaron alrededor del máximo recinto para las expresiones musicales de México vallas metálicas que obstruyeron el paso de los transeúntes.
Decenas de guardias de seguridad se molestaban cuando alguien les preguntaba qué pasaba, que quién iba a estar ahí.
Con su invitación en mano llegaron los invitados privilegiados, muchos de Chihuahua y Michoacán, estados que se atribuyen tener a Juanga entre sus hijos predilectos. El divo nació en Michoacán, pero creció en Juárez, y en estos años radica en Quintana Roo.
El público en general llegó con una excelente presentación, dada su condición económica holgada.
Hacia las siete treinta de la noche comenzó a arribar la mayoría de los adoradores de las baladas de Juan Gabriel, quien en esta ocasión volvió a demostrar que no hay clase social que quede fuera de su influencia, de su popularidad.
Algunos reporteros buscaron infructuosamente al responsable de medios del gobierno de Chihuahua, pero nunca quiso atender a los periodistas. Su teléfono mandaba al buzón.
Deseperación y cuentos
A las ocho de la noche, ante el inminente inicio de la fiesta por los 40 años de trayectoria del autor de Querida, algunos mostraban desesperación porque no llegaba el del boleto
. A las ocho y media comenzó el reven romántico. Una dama rogaba a personal de seguridad que la dejaran pasar, porque quien la invitó ya estaba dentro y ella había dejado su celular en casa. La verdad se oía muy cuento.
Un hombre gordo alto salió enojado mientras por celular le decía a alguien que su boleto e invitación eran falsos. Las originales traían un código que era leído con un dispositivo. Una familia integrada por mamá, papá, una tía y una niña de unos 6 años, abrieron los ojos muy grandes cuando la pequeña les preguntó qué iban a ver. “Ahorita vas a ver a Cepillín.”
La lluvia caía pertinaz. Uno que otro reportero rogaba infructuosamente a los de seguridad que los dejaran pasar para protegerse de la lluvia en el lonerío dispuesto para que los invitados especiales no se mojaran.
Una admiradora de Alejandro Fernández estuvo varias horas parada en una de las dos entradas. Cantaba una que otra de Juanga, a quien también admira, pero no tanto como a El Potrillo, del que es parte de un club de fans.
Una señora salía apoyada por sus familiares. Se había sentido mal y cortaban su inspiración bohemia. Una vendedora de paraguas hacía su agosto, lo mismo que un vendedor de lamparitas con rayo láser, que funcionan mejor si le ponen pilas alcalinas
.
Por una hora se hizo la calma y adentro del recinto todo era alegría, la prendidez.
El programa de mano que se entregó a cada admirador juangabrielesco tiene impresos los logotipos de los gobiernos de Michoacán y Chihuahua, así como el del gobierno de la República. Tiene escrito lo siguiente: “El 7 de enero de 1950, Parácuaro, Michoacán, vio nacer a Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel. Hablar de Juan Gabriel es hablar de una trayectoria exitosa, sobre todo de un legado de canciones que han recorrido México y el mundo a lo largo de 40 años. El Divo de Juárez ha escrito más de mil 800 canciones y vendido más de 100 millones de discos. Sus canciones han sido traducidas a varios idiomas y cantadas por cientos de intérpretes de diversas nacionalidades. Celebremos 40 años de canciones, música y sentimientos.”
Más de 100 músicos en el escenario
Le acompañaron coros y Orquesta Internacional de las Artes, así como El Mariachi de mi Tierra. Fueron más de 100 músicos en el escenario. Uno de los directores musicales fue Eduardo Magallanes. El productor del espectáculo fue Juan Gabriel. En los agradecimientos del programa se cita al presidente Enrique Peña Nieto.
A la salida, después de las once de la noche, Salvador del Valle iba tarareando El Noa Noa, que fue la pieza con la que Juanga cerró su fiesta: “¡Excelente. Es el mejor espectáculo que hay en México! Todas sus canciones son hermosas, ¡todas! Te pone triste, te pone alegre. No paró más que en un solo momento, cuando cantó Isabel Pantoja. A mí la que más me gusta de él es Luna, porque me trae muchos recuerdos. Toda la música de Juan Gabriel ha estado en mi vida. Me trae recuerdos de mi infancia, de mi casa, de mis amigos. Esto debería de verlo más gente. Dedicó el concierto a México, Chihuahua y Michoacán, y mencionó a Quintana Roo, que es en donde ahora vive. Ya lo he visto en varias ocasiones y no me cansaré de verlo”.
Una mujer, quien no quiso dar su nombre, comentó que Bellas Artes es el mejor lugar para un concierto de Juan Gabriel.
Mirna: “Lo mejor fue El Noa Noa, que lo caracteriza, y Querida, y Abrázame. El mueve todos los sentimientos, con su carisma, aparte de que es una persona muy preparada. Del Auditorio Nacional y éste, a mí me gusta más Bellas Artes, por la acústica. Como compositor no hay nadie que se le iguale. A mí la que más me gusta es Abrázame”.
El Noa Noa, de lo mejor
Juanita Contreras: “Me gustaron todas. La que más fue El Noa Noa, que para mí es familiar. La producción fue perfecta. No envejece... bueno, quizá sí, pero no está tan gordo como se ve en la tele. Su traje de verde con azul le hizo verse bien”.
Honorato Ortiz: “¡Estuvo muy padre! ¡Muy divertido! A mí me gusta Juan Gabriel porque es de Michoacán, de donde yo soy. Juan traía un traje con la bandera de México en la solapa. Ya los años han pasado y ya no baila como antes, ni gira en el aire, desde que se cayó. El Buki también es de Michoacán. Los dos tienen lo suyo. Yo soy de Morelia”.
Martín Molina: “Juan Gabriel siempre ha sido una figura para nosotros los mexicanos. Hoy, en sus 40 años, estuvo fantástico. El concierto fue fantástico y él es de corazón noble. Ahora no se cayó. Nosotros venimos desde Pátzcuaro. Sólo para verlo. A mí me gustó El Noa Noa. Juan Gabriel radicó mucho tiempo en Michoacán y a Pátzcuaro iba con María Félix.”
Entre los mil 500 asistentes se pudo ver a Yolanda Montes Tongolele, quien llegó tarde; Mariana Seoane y muchos periodistas de espectáculos de radio y televisión. A la salida, algunos que se saludaron era al tenor de ¡qué pasó, ingeniero!
, ¡cómo está, licenciado!
Se dijo hace dos días que el concierto costó 60 mil pesos, lo cual es imposible, a menos que cada uno de los 100 músicos cobrará menos de 500 pesos.