Birmingham, 3 de septiembre.

Los libros pueden derrotar al terrorismo, dijo la adolescente paquistaní Malala Yousafzai durante la inauguración de la Biblioteca de Birmingham, ciudad en la que radica desde que fue trasladada para ser atendida de las heridas que sufrió el pasado 9 de octubre, cuando un talibán le disparó en la cabeza por defender la educación de las mujeres en su país.

Durante su discurso, Malala dijo: “(Me propuse) leer miles de libros y reforzarme con el conocimiento. Lápices y libros son las armas para derrotar el terrorismo. No hay un arma más poderosa que el conocimiento, ni mayor fuente de conocimiento que la palabra escrita.

Debemos hablar en favor de la paz y el desarrollo en Nigeria, Siria y Somalia. También en favor de los niños de Pakistán, India y Afganistán, que sufren el terrorismo, la pobreza, el trabajo infantil y el tráfico de niños. Déjenos ayudarlos a leer libros e ir a la escuela, dijo Yousafzai, quien viajó a esa ciudad inglesa en octubre para ser operada tras ser atacada cuando iba a la escuela en su ciudad natal Pakistán.

Malala Yousafzai hizo la declaración oficial de la apertura de la biblioteca de BirminghamFoto Ap

La joven, candidata al premio Nobel de la Paz este año y cuya vida será llevada al cine, habló con soltura pese a la grave herida que sufrió y mostraba sólo un poco de rigidez en el lado izquierdo de su cara. Malala va a la escuela en Birmingham, que tiene una numerosa población paquistaní.

El pasado 12 de julio, día de su cumpleaños, declarado por la ONU como Día de Malala, la menor acudió a la sede de ese organismo en Nueva York y pidió a la comunidad internacional reforzar los programas educativos para todos los niños, y llamó a tomar libros y plumas porque son nuestras armas más poderosas. Un libro y una pluma pueden cambiar el mundo.

La biblioteca de Birmingham es uno de los grandes proyectos para regenerar el centro de la ciudad y contiene un millón de libros, entre ellos las primeras ediciones de las obras de William Shakespeare. En el edificio se invirtieron 223 millones de euros y cuenta con salas de exposiciones, computadoras públicas y 24 kilómetros de estanterías. El primer libro en ser colocado en ellas fue El Hobbit, de J.R.R. Tolkien.