La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) inició la cancelación de permisos de importación y uso del compuesto químico endosulfán, que se utiliza como pesticida, pero permitirá que las importadoras agoten sus inventarios hasta el 31 de diciembre de 2014, a pesar de que se ha documentado la existencia de residuos en los ecosistemas acuáticos del país.

En respuesta a un punto de acuerdo de la Cámara de Diputados, la Cofepris explicó que siguen vigentes 84 registros de importación y uso de la sustancia y se pidió la revocación voluntaria a nueve empresas, a pesar de que los legisladores exigieron una respuesta inmediata para frenar su uso en cultivos. Además, refirió que de 14 permisos otorgados entre febrero de 2011 y diciembre de 2012, cinco perdieron su vigencia el 26 de abril.

La solicitud fue enviada al gobierno federal el 29 de abril y cinco meses después, la comisión informó que no será hasta el 1 de enero de 2015 cuando se inicien los procesos de revocación de su importación y uso.

La Cofepris explicó que las empresas con autorizaciones vigentes tendrán que enviar un reporte semestral de sus inventarios.

En el punto de acuerdo, la cámara explicó que 100 organizaciones ambientalistas, de productores o comercializadores, y académicos de la Universidad Autónoma Chapingo, el Colegio de Posgraduados y las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, entre otros, demandaron cancelar el registro de endosulfán, en una carta enviada el 30 de marzo de 2011 a los titulares de Relaciones Exteriores, Salud y Medio Ambiente.

Además, detalló que el endosulfán está prohibido o se ha puesto fecha límite a su uso en más de 90 países, y que permitir su utilización coloca al país en riesgo de convertirse en receptor creciente de este plaguicida contaminante, al cerrarse su mercado en Europa, América del Norte y varios países de América del Sur.

La Cámara expresó su preocupación porque se ha encontrado endosulfán en agua purificada de tres marcas comerciales, lo que indica su infiltración en mantos acuíferos. También se acumula y biomagnifica en las cadenas alimenticias, y a nivel internacional ha sido detectado en lácteos, carne, pollo, aceite vegetal, cacahuates, semillas, frutas, miel, arroz y diferentes hortalizas.