La búsqueda es la misma, ya sea que hablemos de antes, durante o después de las guerras mundiales, o de esta época: es la búsqueda de humanidad dentro de estructuras orientadas al dinero y el poder. Es Ute Lemper vía telefónica desde Nueva York, ciudad en la que radica desde hace muchos años. La cantante y actriz alemana estará en el Festival Internacional Cervantino, en el ciclo El arte de la libertad, en el que presentará su propuesta Última noche en Berlín, el 15 de octubre a las 21 horas en el Teatro Juárez, en Guanajuato.

Acaba de llegar de Australia donde promovió su nuevo proyecto: Forever. The love poems of Pablo Neruda, disco que comienza a circular en ese país y Europa, en noviembre en Estados Unidos y el próximo año en el resto del mundo.

Por lo pronto, en Guanajuato cantará las canciones que la han convertido en referente mundial: las del repertorio alemán de las primeras décadas del siglo pasado que ha logrado mantener vivo.

Estas canciones permanecen, porque cree que “las sociedades tienen sus fallas. Aun cuando la experiencia de la democracia ha crecido a través de los años las sociedades fallan y a menudo se deben a las mismas razones de antaño: corrupción, presión y manipulación económica por parte de cualquier estructura de poder, como los bancos, la industria, las corporaciones.

Así que aun cuando las cosas son más complicadas de lo que fueron en los años 20, encuentro que tenemos la misma búsqueda de humanidad dentro de estas estructuras orientadas al dinero y al poder. Así que hay similitudes, con diferentes experiencias y diferente historia, pero creo que todos buscamos una sociedad de justicia e igualdad, de igualdad de oportunidades para cada uno, que fueron las grandes ideas del socialismo y el comunismo que en la realidad no fueron viables porque había igual problema de corrupción que en las sociedades capitalistas.

Peleamos diferentes guerras

Esa música y esas canciones se mantienen porque la búsqueda de esa humanidad dentro de nuestras sociedades, es la misma que hace muchos años.

–Siempre estamos entre guerras.

–Peleamos diferentes guerras. No siempre son tan sangrientas como las dos guerras mundiales. Son más complicadas, más limpias, son guerras donde se manipula a las personas con diferentes herramientas; las guerras económicas que ahora peleamos, la criminalidad, que sé que tienen también en México. Hay mucha corrupción e ilegalidad. No estamos viviendo en una sociedad estable.

El repertorio alemán, añade, siempre está conmigo. Es mi herencia. Como alemana es revivir el repertorio de ese tiempo antes de que los nazis lo destruyeran. Es importante reconsiderar el diálogo entre esta complicada herencia que tengo. Aunque en realidad el repertorio alemán es sólo una pequeña parte de todo lo que hace, que además incluye escribir y componer, y atender a sus cuatro hijos, su esposo y su perro.

Ute Lemper, en una entrevista con La Jornada, el 3 de noviembre de 2001Foto José Antonio López

Siempre me gusta inventar nuevos repertorios, he cantado el repertorio de Berlín, durante muchos años, pero también he creado muchos nuevos proyectos: llevar a la música los poemas de Charles Bukowski, componer mi propia música con mis palabras, el proyecto más nuevo es la poesía de Pablo Neruda, que estoy presentando al mundo justo ahora, tengo nuevas colaboraciones, nuevos repertorios. Y ese disco coincide con el 40 aniversario de la muerte del Premio Nobel de Literatura chileno.

La elección de 11 poemas de Neruda para su nuevo proyecto fue intuitiva. “Me gusta el legado de Neruda, fue un ciudadano del mundo, como lo soy yo. Vivió mucho tiempo en Europa, Latinoamérica, México, peleó contra el fascismo, trató de crear una idea de sociedad justa aunque fue difícil. Al mismo tiempo fue un hombre muy apasionado, con una aproximación al amor, las mujeres, la amistad.

Creo que fue un hombre muy alegre, a pesar de todas las experiencias dolorosas que vivió. Fue más una elección intuitiva tomar sus poemas y llevarlos a la música.

Así como Neruda consideraba que la poesía es un acto de paz, Ute Lemper está convencida: “La música también es un acto de paz.

“En otras ocasiones he dicho que mi vida ha sido como danzar en un volcán. He vivido tiempos muy complicados en Alemania en los años 60 y 70, la historia alemana por supuesto; he vivido en Nueva York por 15 años, tengo muchas culturas y formas de vida diferentes. Sí, siento que mi misión es mantener esta música viva. Hay una conexión espiritual con el público, de vida, amor, pensamientos acerca de la civilización y la cultura. Hay una comunicación pura con el público. No es tanto política, sino más espiritual y filosófica.

“Ahora acabo de regresar de Australia, tengo un jetlag espantoso. Mi cuerpo está muy cansado de la vida en tour, quisiera quedarme en casa y tomar varias semanas de descanso, pero amo mi trabajo y estoy muy agradecida de tener público en todo el mundo, que ama mis diferentes experimentos con la música. Es una responsabilidad muy grande y tomo esto muy en serio. Soy embajadora de cierto tipo de música, y aun cuando me canso, estoy muy agradecida de llevar esta música a diferentes culturas y personas”.