Exhorto a la prevención con perspectiva de género
Viernes 11 de octubre de 2013, p. 40
Las enfermedades mentales se han convertido en un grave problema de salud pública en el país, trastornos que no se presentan de igual manera ni en la misma magnitud entre mujeres y hombres a causa de que persisten brechas de género como dependencia económica, pobreza, doble jornada, violencia y otros factores que generan inestabilidad emocional que, al no limitarla, da paso a otros problemas como aislamiento, depresión, ansiedad, baja autoestima, estrés postraumático, alcoholismo, consumo de drogas, e inclusive suicidio, advierte el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
A propósito del Día Mundial de la Salud Mental, que cada año se conmemora el 10 de octubre, advierte que ciertos trastornos son más frecuentes en las mujeres, como los afectivos y de ansiedad, los alimentarios (anorexia y bulimia) y la depresión.
De hecho, agrega, la depresión es la primera causa de atención siquiátrica en México y también se presenta en mayor medida entre las mujeres. En cambio, el uso y abuso de sustancias tóxicas es más frecuente en los hombres.
Pese a ello, en muchos casos no se acude al personal médico para recibir un diagnóstico y por lo tanto no se atiende, lo cual tiene repercusiones en la calidad de vida de quien la padece, de la familia y personas cercanas.
El Inmujeres refiere que falta información suficiente y precisa sobre estos trastornos, y advierte que el estigma que prevalece sobre quienes padecen enfermedades mentales genera obstáculos para la aceptación y el tratamiento adecuado.
Otro problema es la falta de un enfoque amplio para abordar los daños a la salud mental. Este tema debe abordarse desde un enfoque integral, pues afecta a individuos, familias y a la sociedad en general de manera diferenciada, según las condiciones de vida, las identidades y las formas de relación entre las personas
.
El Inmujeres exhorta a la sociedad en su conjunto a tomar medidas preventivas, como capacitar a madres, padres y personal docente para mejorar la detección de problemas; facilitar las intervenciones indicadas desde la niñez; incorporar programas de manejo del estrés en los centros de trabajo, y elaborar diagnósticos que describan la situación de grupos específicos.
En todas estas acciones, la perspectiva de género es una visión esencial que debe integrarse, para lograr el estado de salud y bienestar al que todas las personas, sin distinción de sexo, tienen derecho
, precisa.
Por último, recuerda que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social. En particular, la salud mental se refiere al estado de bienestar en el cual las personas son conscientes de sus propias capacidades, pueden afrontar las tensiones habituales de la vida y trabajar de forma productiva y son capaces de contribuir con su comunidad.