CNTE escala
Ebrard pide consulta
Morena avanza
FC premiado en EU
reserva de lo que vayan precisando las asambleas respectivas, son de más contundencia las líneas generales de acción que contemplan los dirigentes de las fuerzas estatales que confluyen en el Monumento a la Revolución. No solamente se insistirá en echar abajo las reformas específicamente relacionadas con lo laboral-educativo, sino en general habrá oposición expresa a las demás modificaciones estructurales
, destacadamente las referentes a lo energético y lo fiscal. El giro en la lucha de la CNTE pretende llevarla a un nivel más alto, vinculando las demandas gremiales con el aún impreciso movimiento social que están propiciando las políticas peñistas, especialmente las que atacan el bolsillo popular.
Hasta ahora se ha mantenido una política de contención represiva frente a los crecientes actos de oposición que en diversas partes del país realizan profesores y otros grupos sociales, en una forma de encapsulamiento político de la protesta, dejándola fluir, amagándola sin reprimir a fondo pero sin atenderla de verdad, no viéndola ni oyéndola. Mientras esa protesta social se desborda e incluso proporcionalmente se excede en busca de la atención negada, el gobierno federal parece estar aplicadamente atento sólo a los disensos cupulares, sobre todo los que provienen de las estructuras de los dos principales partidos de solidaria oposición, PAN y PRD, y a su reflejo en la aritmética legislativa que condicionará los términos de cada una de las reformas pendientes.
Para el partido de blanco y azul lo importante es recuperar base electoral manteniéndose como riguroso defensor de los intereses de las clases medias, peleando en contra de nuevos o mayores impuestos. En el sol azteca la vista está puesta en los eventuales recursos disponibles para desarrollo social, es decir, en la posibilidad de reparto de recursos cuantiosos para las clases populares en las que creen posible reivindicar esas siglas de menguada izquierda. Para Los Pinos, lo verdaderamente importante son esas reformas, en particular la energética.
Aún cuando en el panismo hay un inusual movimiento público en oposición a partes de una reforma, la fiscal (ayer nuevamente hubo salida a las calles, aunque de nuevo fueran sólo las de la delegación Benito Juárez, donde el delegado milita en Acción Nacional; el senador Ernesto Cordero dijo que hay presiones desde el poder para que legisladores de su partido voten a favor de la mencionada miscelánea fiscal) el aparato de la derecha electoral parece decidido a caminar de la mano del peñismo, sea cual fuere el grupo que triunfe en la contienda interna por el control del partido (el maderismo o el calderonismo).
En el flanco izquierdo la pelea está más generalizada. Ayer, por ejemplo, saltó al escenario Marcelo Ebrard para recordar que sigue considerando la posibilidad de ser presidente del PRD y, luego, candidato presidencial. En este levantar de mano propuso que el sucesor de Jesús Zambrano provenga de una consulta pública y criticó el comportamiento de su partido, utilizando en su discurso el término de satélite
para describir lo que sucede cuando una organización opositora decide moverse en la órbita del planeta regente, en una referencia de astronomía política con dedicatoria para la estrella central del sistema, el Pacto por México.
Ebrard no tiene posibilidad de salir avante en sus proyectos de futuro mediante arreglos entre corrientes internas (y por ello busca consultas abiertas). Los chuchos se alejaron de él en cuanto tuvieron la mejor asidera que significó el pactismo con Los Pinos, y ahora enfilan como aspirante al relevo a Carlos Navarrete, quien estuvo en la secretaría capitalina del trabajo como en una anunciada sala de espera. Incluso se ha llegado a mencionar la posibilidad de que los estatutos de ese partido sean reformados para que sea viable el arribo de Cuauhtémoc Cárdenas, quien obviamente ha dicho en entrevistas periodísticas que no está buscando ese cargo, aunque de ninguna manera establece un rechazo tajante a la posibilidad.
Con mínimos recursos económicos y con tropiezos superables en un par de entidades, la construcción del partido Morena sigue adelante. La mayoría de las asambleas estatales constitutivas ha rebasado notablemente el mínimo necesario para esos fines. Frente a esa imparable edificación de una nueva opción de izquierda, el PRD y sus figuras deberán actuar con especial cuidado. ¿Será Navarrete el líder adecuado para encabezar la preservación del PRD ante eventuales emigraciones a Morena? ¿El reto requiere un personaje de la talla de Cárdenas? ¿Ebrard sería la pieza para remozar un tanto al PRD y empujar hacia alianzas finales con Morena?
Astillas
Felipe Calderón será galardonado el próximo 18 de noviembre por el Instituto de las Américas, en una ceremonia conmemorativa de los 30 años de existencia de ese centro sin ánimo de lucro, cuyas oficinas están en el campus San Diego de la Universidad de California. La entrega del premio al Liderazgo de las Américas fue decidida en función de las políticas del mexicano frente a la crisis económica, el cambio climático y la violencia relacionada con el narcotráfico. No se ha dado a conocer el lugar y la hora donde se realizará esa ceremonia (http://bit.ly/1gcHlM5). Pero ya están a la venta los boletos para la cena de honor. La mesa más cara cuesta cuatro mil dólares por ocho personas y esos patrocinadores podrán colocar su nombre o el de su empresa en los programas del acto, quedarán instalados en las cercanías del escenario y podrán asistir a la recepción privada que se ofrecerá a quien vivió seis años en Los Pinos. Será una oportunidad para tomarse una foto con Calderón
, recomiendan los promotores. Los boletos generales cuestan 300 dólares por persona, con derecho a la cena y a la recepción pública (http://bit.ly/1aBBaKd). El presidente del Instituto de las Américas es Charles Shapiro, diplomático que fue embajador de Estados Unidos en Venezuela durante 2002 y al que se ha acusado de haber sido promotor y cómplice del golpe de ese año contra el presidente Hugo Chávez… ¡Hasta mañana!
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