Guanajuato, Gto., 15 de octubre.

Con una sorpresa especial, la interpretación por primera vez de una canción nacida en un campo de concentración, la artista alemana Ute Lemper se presentó en el Festival Internacional Cervantino (FIC). Así lo reveló en conferencia de prensa unas horas antes de la función en el Teatro Juárez.

Primorosa, enfundada en negro total, medias y zapatillas de tacón delgado, a lo diva del siglo XXI, con mucho de una Marlene Dietrich, la cantante y bailarina habló sobre su propuesta de cabaret con el alma del Berlín entre guerras, en los años 30 del siglo pasado.

Una composición sencilla, como una canción para niños, es la primicia mundial. Surgió de Ilse Weber en su estancia en el campo de concentración en Theresienstadt durante la Segunda Guerra Mundial. Se dice que la cantó mientras caminaba hacia su muerte en la cámara de gas en Auschwitz, junto a su pequeño hijo.

Conmovedora, escrita con mucho dolor al ser testigo de la muerte de personas inocentes, la música sobrevivió de voz en voz, hasta llegar a Lemper.

Un poco de todo

No creo pasar la prueba sobre mi conocimiento sobre México, aceptó sonriente Lemper, la ceja alzada, la nariz frágil apuntando hacia el cielo, los labios delgadamente rojos. Obviamente el país tiene muchos problemas, pero es más de lo que escuchas sobre él, mencionó al referirse a una reputación complicada fuera del país, pero en el que la artista ha encontrado mucha calidad cultural, en la diversidad y en las futuras generaciones. Todos piensan en mafia, drogas, corrupción, probreza, bla bla bla. Pero cuando estás aquí ves otra cara, una cultura muy rica.

Un poco de todo, mencionó Ute Lemper, es el repertorio de una noche en Guanajuato, porque es la primera vez que visita el festival en esta ciudad mágica que la tiene encantada. Última noche en Berlín abarca desde su identidad artística que surgió de la capital alemana, con música del Bertolt Brecht y Kurt Weill, así como las entreguerras, un periodo de libertad en la historia alemana que fue destruido por los nazis, afirmó quien se ve a sí misma como una embajadora ante el mundo sobre este pasado del país donde nació en 1953.

También se incluyó algo de su repertorio de la canción francesa, la de Édith Piaf y Jacques Brell, así como tangos de Astor Piazzolla.

Ute Lemper, ayer, en GuanajuatoFoto Claudia Reyes/ cortesía FIC

Poemas de Pablo Neruda hechos canción son parte del programa que le causa emoción en la presentación nocturna. Un joven proyecto que encaja con la historia de las otras canciones, consideró durante su charla ante la prensa. Un luchador por la libertad y la democracia. La continuación de lo que interpreto de Brecht y Brell, gente visionaria en aspectos sociales y políticos.

Sin embargo, no son sus versos políticos, porque son imposibles de musicalizar los que lleva al escenario, sino letras de amor, 20 poemas de diferentes periodos, no la veintena famosa. “Es un álbum clásico de la chanson”, mencionó en francés, que contrastó con sus declaraciones en inglés, algunas veces intercaladas con palabras sueltas en español.

No tengo una visión optimista de Europa. En 10 años no sé si todavía existirá como unión monetaria, contestó Lemper, quien vive en Nueva York desde hace 15 años, porque se siente más libre. Sólo me gusta Nueva York, no así el resto de Estados Unidos y no quiere un pasaporte de ese país. A nadie le gustan los alemanes, especialmente en estos tiempos de crisis, y decidió cambiar de continente, porque en Europa son muy nacionalistas, orgullosos, arrogantes, con muchos estereotipos y con juicios provincianos.

Su concierto cervantino fue íntimo, con sólo tres músicos que acompañaron a la diva alemana, delicado, transparente, muy callado y tristeza. Con explosiones, como cuando era joven y tocaba punk, pero más implosiones que surgen con la edad, aunado a mucha improvisación, porque amo la libertad de ser músico.

No así los conciertos que ofrecerá el 25 y 27 de octubre en el Palacio de Bellas Artes, acompañada de la Orquesta Sinfónica Nacional, porque con orquesta es muy poderoso, dijo.

Es difícil para mí sobrevivir como artista, asestó directa sobre un mundo globalizado. La cultura y la música es sólo sobre dinero, dinero y dinero. No hay calidad y la solución ha sido hacer ella misma sus producciones como el regalo de libertad. Ya no hay discos conceptuales, con la historia de la poesía y la música. Sólo hago lo que amo en forma comprometida. No es muy comercial, pero la gente lo respeta, dijo un ángel azul alemán.