Reiteran rechazo al nuevo gravamen a las bebidas endulzadas
Viernes 18 de octubre de 2013, p. 30
Los refrescos existen
Señaló que no existe relación estadística que vincule el incremento de la obesidad con el consumo de refrescos, ni tampoco evidencia internacional que haya comprobado la eficacia de un impuesto al consumo para combatir la obesidad.
Catalogó como regresivo dicho gravamen y sostuvo que está diseñado para que lo paguen los consumidores, no la industria
, sobre todo lo más pobres ya que afectaría 14 veces más sus ingresos porque son quienes más consumen refrescos.
La Anprac calculó que el precio de los refrescos aumentará entre 15 y 20 por ciento, con lo que el consumidor pagará 33 centavos de impuesto por cada peso en un producto por el que de por sí ya paga 16 por ciento del impuesto al valor agregado (IVA).
Más impuestos al refresco no resuelven la obesidad y en cambio sí genera múltiples problemas económicos colaterales
, indicó y criticó que en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación no se garantiza que los recursos recaudados con el nuevo gravamen se destinen a acciones para combatir la obesidad, como la instalación de bebederos en las escuelas, atención a la diabetes o promoción de vida saludable.
A su vez, la llamada Alianza por la Protección de Empleos, que también se opone al impuesto a los refrescos, informó que a una semana de haberse formado se han adherido un total de ocho asociaciones de pequeños comerciantes, sindicatos, trabajadores, restaurantes y productores de refrescos, además de ciudadanos en general, dado que consideran que se pone en riesgo 3.5 millones de empleos, la subsistencia de más de un millón de tienditas y los ingresos de las familias más pobres del país.
En diez puntos, la Anprac expuso sus argumentos para rechazar el impuesto e hizo un llamado a que el problema de la obesidad se solucione mediante los esfuerzos conjuntos de gobierno, industria y sociedad en materia de educación y promoción de vida saludable.
La obesidad es un problema multifactorial, ni los refrescos ni otro alimento o bebida son responsables de ellos sino los hábitos alimenticios inadecuados y el sedentarismo porque los refrescos sólo aportan el 5.5 por ciento de la ingesta calórica de la dieta del mexicano, por lo que con el impuesto al refresco sólo provocaría, en el mejor de los casos, una disminución de 35 calorías al día o sea un total del 1 por ciento del total de la ingesta
, indicó.