No es botín de nadie
, dijo la historiadora en la feria del libro que se aloja en el Centro
Acompañada por el arqueólogo Eduardo Matos presentó el título 1554 México 2012
Domingo 20 de octubre de 2013, p. 3
El Zócalo de la ciudad de México no puede ser botín de nadie, porque es el corazón del corazón de todos los mexicanos
, señaló la historiadora Ángeles González Gamio durante la presentación del libro 1554 México 2012 (Joaquín Mortiz), el viernes, precisamente en la feria del libro que se aloja en la Plaza de la Constitución.
La colaboradora de La Jornada consideró “un motivo de gran felicidad que el Zócalo recupere su función: ser un espacio de cultura y arte en el que participa toda la ciudadanía, con una actividad que es para todas las clases sociales.
Aquí, desde la época prehispánica, ha estado la sede de nuestros poderes, el político, el económico, el religioso. Ha sido lugar de duelos y manifestaciones, pero también de gozo para todos, por eso ha sido tan tremendo cuando alguien se lo apropia y evita que los demás lo gocen y hasta que lo transiten
.
Además de los días difíciles
que se han vivido en el Centro Histórico recientemente, González Gamio criticó que durante todo el gobierno de Marcelo Ebrard el Zócalo haya tenido usos lamentables; durante mucho tiempo estuvo cerrado con carpas de empresas como Danone o Coca-cola
.
Por eso, insistió, “debería existir una reglamentación que de manera firme indicara que la Plaza de la Constitución es un espacio emblemático que no puede ser utilizado más que por los propios ciudadanos. Claro que el Gobierno del Distrito Federal debe proteger el Centro Histórico, y también debe permitir que la gente se manifieste, pero que además lo disfrute.
Sería maravilloso que toda la zona fuera peatonal. Antes, cuando el asta bandera tenía una plataforma, los niños jugaban ahí con sus patinetas, mientras otros volaban papalotes; era la plancha para personas de todas las edades, tenemos que volver a hacerlo nuestro
.
El libro 1554 México 2012 fue escrito por González Gamio, en colaboración con el escritor Vicente Quirarte y el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma. Reúne anécdotas e historia de calles, edificios y personajes que durante siete siglos han dado vida al Centro Histórico de la capital del país.
El punto de partida de los relatos de los tres autores es la Plaza Tolsá, a la manera del recorrido que hiciera el erudito Francisco Cervantes de Salazar hace más de 450 años.
En el encuentro que tuvieron la historiadora y Matos Moctezuma con sus lectores fue inevitable abordar el tema de la fallida restauración de la escultura ecuestre de Carlos IV, ubicada precisamente frente al Museo Nacional de Arte.
“El caballito no sólo es una de nuestras grandes esculturas urbanas y una notable obra de arte; se trata de uno de los hitos y símbolos de la ciudad, un punto de referencia, por eso es tan triste ver el estado en el que quedó por una frivolidad y una irresponsabilidad. No se midió su importancia”, dijo González Gamio.
Matos Moctezuma agregó que es una lástima
lo que le pasó a El caballito, la cual pretendió ser restaurada sin el debido cuidado, cuando se trata de una pieza que fue respetada luego de la lucha de la Independencia, a pesar de que en aquellos años era símbolo de la monarquía contra la que se peleó
.
La estatua encuestre de un Carlos IV ataviado como emperador romano estuvo justo aquí, en medio del Zócalo, y en lugar de fundirla cuando se retiró, se le resguardó como joya de arte
, concluyó el arqueólogo.
La historiadora también deleitó al público que abarrotó el Foro 2 de la 13 Feria Internacional de Libro en el Zócalo de la ciudad de México con anécdotas acerca de los personajes que participaron en la lucha por la Independencia del país.
En particular resaltó la figura e ideales de Josefa Ortiz de Domínguez, quien tuvo el temple para correr de su casa al presidente Guadalupe Victoria, quien permitió en esos años el saqueo del mercado El Parián, en el que vendían comerciantes españoles.
“‘No hicimos la Independencia para eso, y usted permitió el saqueo, así que no es bienvenido en mi casa’, le dijo Josefa, indignada, a Guadalupe Victoria; así era ella. Vivía aquí cerquita, en la calle de El Carmen; pueden ir a ver el edificio, sigue intacto, con una pajarera muy bonita en el segundo piso”, detalló la cronista.