De Francia, la Compañía Aurélia Thierrée & Victoria Thierrée Chaplin
Domingo 20 de octubre de 2013, p. 6
Guanajuato, Gto., 19 de octubre.
El circo invisible de la Compañía Aurélia Thierrée & Victoria Thierrée Chaplin, callado, inocente, onírico, transportó hasta un mundo sin tiempo con su espectáculo Murmurs.
Una mujer huye de hombres sin rostros; sorpresivamente sale de cajas de cartón, se esconde entre casas inexistentes y baila sobre el aire. Los murmullos llegados desde Francia cautivaron al público al hacerlo escapar de la realidad por 70 minutos durante el Festival Internacional Cervantino (FIC).
Victoria Thierrée Chaplin (1951), hija de el gran Charles Chaplin, es la directora y creadora del montaje. Al lado de su esposo, el actor y director Jean Baptiste Thierrée, hace cuatro décadas comenzaron a crear una nueva forma de espectáculo, primero con la compañía Le Cirque Bonjour y más tarde con Le Cirque Imaginaire, en el que incorporaron a sus dos hijos, Aurélia y James. Si su padre fue artífice del cine mudo, la Thierrée creó un teatro sutil y delicado, con llamados al humor y técnicas circenses, dramaturgia, danza, ilusionismo y acrobacia. Incluso, hasta del propio cine del viejo Charlot con gestos magnificados.
Una historia sin diálogos, sólo de murmullos imaginarios, la noche del viernes el espectador tuvo que sacar sus propias conclusiones de lo que sucedió en el escenario del Auditorio del Estado. Múltiples y cambiantes imágenes, en un montaje protagonizado por la actriz Aurélia Thierrée, quien estuvo acompañada por el bailarín Jaime Martínez y el acróbata Magnus Jakobsson.
Risas, a veces encanto, emoción, algo de desconcierto brotaron desde un humor inocente y delicado surgido desde situaciones confusas sumadas a actos de ilusión. Un aroma vintage hizo perder ubicación cronológica, pudo haber sucedido hace 80 años o ayer, entre los ruidos y el agobio de la ciudad. Por momentos el pintor belga René Magritte pareció asomarse con su lógica, incluso la surrealista Remedios Varo o Leonora Carrington pudieron ser colaboradoras, con sus misteriosos hombres sin rostro o con picuda cabeza de pájaro.
Aurélia Thierriée advirtió días antes en conferencia, en una fina negativa a describir el espectáculo, al temer arruinar la imaginación y ante la imposibilidad de relatar gran cantidad de elementos que transmiten sensaciones, más que conceptos o relatos. Es un espectáculo visual sin diálogos, en una invitación a la imaginación del espectador para reflexionar sobre la memoria de los muros y los objetos
, señaló en conferencia. Ese mismo día, la mañana del pasado miércoles, también se pidió no preguntar sobre su abuelo, el cómico y director de los Tiempos modernos.