Domingo 20 de octubre de 2013, p. 4
La aplicación de la reforma fiscal y hacendaria aprobada el pasado jueves no es viable en el contexto de contracción económica del país. El aumento de impuestos debió haberse concentrado en los sectores financiero y minero, que han sido los grandes ganones
de las políticas de macroestabilidad; sin embargo, fueron gravados de forma insignificante
.
Así lo planteó Arturo Huerta González, coordinador de la división de estudios de posgrado de la Facultad de Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien además criticó la chatez
del Legislativo y el Ejecutivo al no tener un manejo de política fiscal contracíclica
para impulsar el empleo, la dinámica productiva y el crecimiento económico en el país.
Huerta ve como un acierto que se haya roto con el equilibrio fiscal y se plantee un déficit de 1.5 por ciento del producto interno bruto. Sin embargo, considera que es insuficiente para que la política fiscal actúe en forma contracíclica
, tomando en cuenta las caídas de la inversión y el consumo en el sector privado, las exportaciones y las remesas.
Aseguró que el gobierno plantea que se crecerá 3.9 por ciento el próximo año, pero no será así. No hay política contracíclica que nos lleve a que la actividad económica repunte en ese porcentaje a partir de un raquítico déficit fiscal
.
También consideró positivo el gravamen al sector financiero, que había estado exento del pago de impuestos. Sin embargo, apuntó, 10 por ciento a la bolsa es insignificante, tomando en cuenta que ha sido la que ha venido ganando en las décadas recientes
.
Igual de insignificante considera el impuesto de 7.5 por ciento a las ganancias de la industria minera. Los precios internacionales de los minerales en los años recientes han estado altísimos y traduciéndose en grandes ganancias para ese sector, controlado por empresas trasnacionales y nacionales
.