Domingo 20 de octubre de 2013, p. 18
A casi 20 años del alzamiento del EZLN, el movimiento zapatista sigue vivo
y ha logrado cambios en las comunidades, las cuales han mejorado en aspectos de participación, educación, organización y en la toma de mayor conciencia
, sostuvo el sacerdote jesuita Pedro Arriaga, vicario episcopal de la zona tzotzil de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, quien precisó que lo que no ha mejorado es la situación económica
de la región, pues el gobierno no reaccionó de forma orgánica
ante el reclamo de la insurrección.
El presbítero, que desarrolla su labor pastoral desde hace más de 13 años en Chiapas y es actualmente párroco de San Juan Bautista Chamula, precisó que uno de los grandes pendientes es el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, y otro de los problemas vigentes es el caso de los desplazados, los cuales se estiman en alrededor de 10 mil.
Resaltó que en este momento hay que hacer conciencia de la situación de 90 familias de la comunidad de Puebla, en el municipio de Chenalhó, que están desplazadas en Acteal, y no se ha logrado resolver su retorno porque hay ambiente de agresividad y no se ha respetado un acuerdo de civilidad
.
Foro sobre Chiapas
Entrevistado durante el foro Chiapas, la guerra y resistencias continúan: EZLN, Alberto Patishtán y desplazamiento forzado, organizado por el Programa de Interculturalidad y Asuntos Indígenas de la Universidad Latinoamericana, destacó los logros de las juntas de buen gobierno en cuanto a servicios sociales, crecimiento de la participación de la mujer y la erradicación del alcoholismo
, e hizo referencia a lo ocurrido en agosto pasado con la Escuelita Zapatista de Liberación.
Mediante el ejercicio de la autonomía el zapatismo ha logrado crear escuelas, hospitales y diversas cooperativas.
El jesuita señaló que a casi dos décadas del levantamiento, el zapatismo sigue apostando al futuro, a que se transforme la situación social y, sobre todo, a ser escuchados como pueblos indígenas para hacer valer los acuerdos de San Andrés
.
Criticó los vicios del poder
y sus alianzas con trasnacionales para pasar sobre los pueblos y adueñarse de sus riquezas naturales
, y precisó que Chiapas sigue siendo tierra en disputa donde los habitantes originarios estorban
a las grandes consorcios, entre ellos las mineras canadienses.