El manager Ignacio Beristáin sostiene con firmeza el reconocimiento que le dieron ayer en la inauguración del Salón de la Fama de Boxeo en México. Hace tres años recibió el del Salón que inmortaliza a las leyendas de este deporte en Canastota, Nueva York, que lo convirtió en el primer manager mexicano con esta distinción. Para él son incomparables ambos reconocimientos, pero los dos le recuerdan que sus logros en el pugilismo son invaluables.

Gracias al boxeo he podido dar educación a mis hijas, ese es mi mayor logro, dice el entrenador de 74 años de edad.

En la ceremonia, en la que también fueron reconocidos el empresario del boxeo Pepe Gómez, el réferi Lupe García y el ex campeón superligero Pablo César Cano, destaca Beristáin con sus 26 campeones –entre ellos Daniel Zaragoza, Ricardo Finito López y Humberto Chiquita González– y una trayectoria inseparable con Juan Manuel Márquez.

Hablar de Márquez le trae un recuerdo molesto, porque hace unas semanas sufrieron una derrota ante el estadunidense Timothy Bradley. Un robo, asegura.

Sin embargo, asegura que Dinamita no debe retirarse porque debe demostrar que vencieron a Bradley y que pueden volver a hacerlo. Además nos interesa el cinturón welter, y él quiere llegar a cinco cintos, señala Beristáin, quien no quiere seguir hablando de un retiro. Ni de Márquez ni de él.

Yo me iré hasta que no pueda caminar. Hace poco me enfermé de neumonía y ya me iba a Morelia, dice en broma, pero insiste en que no duda sobre mantenerse en su fábrica de campeones.

En tanto, el empresario Pepe Gómez anunció que no descarta armar un combate entre Juan Manuel Márquez y el puertorriqueño José Miguel Cotto, en Cancún.