Opinión
Ver día anteriorDomingo 27 de octubre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tradición centenaria
S

e acercan los Días de Muertos, fechas que son de gran significado para millones de mexicanos por razones religiosas, por amorosa costumbre o una mezcla de ambas; mientras que para otros es una tradición centenaria que hay que guardar como elemento de identidad. Sea cual fuera el motivo, el hecho es que por todos lados aparecen las flores de cempasuchil, el pan de muertos, las calaveras de azúcar y las ofrendas.

En algunos sitios, como el Monte de Piedad, tienen cartelones que rezan: Feliz Día de Muertos, como si fuera una fiesta de cumpleaños. Me imagino que es por una cuestión mercadológica. No se si para que la gente empeñe cosas y pueda financiar la ofrenda o para que compre objetos para poner en ella; quizá a la difunta le gustaban las joyas y sería buen detalle ponerle una alhajita.

En nuestro país, alrededor de la muerte se ha desarrollado una cultura con muchas manifestaciones. Además de todos los rituales de estos días, los cementerios cobran una vida inusitada. Millones acuden a ellos a llevar flores a sus muertos. En muchos sitios realizan verdaderas esculturas florales, llevan música y cazuelas con la comida que le gustaba al difunto. A la luz de las velas pasan la noche junto al sepulcro, en un ritual que tiene que ver con la muerte, pero que es profundamente vital. Hay una gastronomía de estas fechas que incluye mole, dulce de calabaza y de tejocote, camote, tamales y desde luego el pan; éste, en algunos lugares se elabora en formas y decoración tan exquisita, que se pueden considerar como una artesanía. Por todo ello el Día de Muertos ha sido declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad por la UNESCO.

Esta devoción por los difuntos está plasmada en los cementerios, los cuales guardan toda una gama de muestras escultóricas, mandadas a hacer por los deudos a lo largo de siglos. Lo mismo hay un monumento en forma de máquina de escribir, porque el muerto era escritor, que un notable bronce representando a un ángel, obra de algún escultor renombrado.

Esta riqueza cultural afortunadamente tiene quien la estudie, valore y protega: la Red Mexicana de Estudio de Espacios y Cultura Funeraria AC.

Creada hace una década, la integran arquitectos, cronistas, historiadores, arqueólogos y una gama de investigadores especializados en el tema, que ha realizado múltiples estudios sobre distintos aspectos. Los resultados se han presentado en los Reuniones Nacionales, que se llevan a cabo anualmente en distintos estados.

Ahora es anfitriona del 14 Encuentro Iberoamericano de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales, el cual coincide con la celebración de la décima Reunión de la Red Nacional. Al encuentro asiste un destacado número de ponentes mexicanos y de los países que integran la red iberoamericana.

Anuncia ser de enorme interés; inicia hoy a las 16 horas en la Casa de la Primera Imprenta, situada en la calle de Moneda esquina Licenciado Verdad. Dirige la inauguración la presidenta de la Red Mexicana, la dinámica arquitecta Margarita Martínez, una verdadera apasionada del tema del que tiene varios libros. Al concluir la ceremonia, en la que participan varios invitados de otros paises y el presidente de la Red Iberoamericana, Ciro Caraballo, el arqueólogo Eduardo Matos va a impartir una conferencia magistral.

La clausura será encabezada por la Secretaria de Cultura del DF, Lucía García Noriega, el día 31, en el Panteón de San Fernando. Desde hasta hoy hasta esa fecha, en la Casa de la 1a Imprenta se presentarán ponencias.

Una buena noticia es que gracias a las gestiones de la presidenta y varios de los miembros de la Red, se abrirá en la Biblioteca Vasconcelos un espacio para crear un acervo bibliográfico permanente, relacionado con los cementerios y el patrimonio funerario.

Creo que se impone irnos a merendar un buen pan de muerto sopeado en un espumoso chocolate, y para que no se vea miseria, también un tamalito y un pambazo con chorizo. El lugar: el Café de Tacuba, en la calle de ese nombre.