Cristian Mijares se preparaba para disputar el título supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) con el monarca Leo Santacruz. Como retador oficial, llevaba un mes sometido a los rigores de la dieta, el entrenamiento agotador y con todos los gastos que exige un proceso para pelear por un campeonato del orbe.

La contienda sería este mes, pero por descuidos de la empresa que lo representa tendrá que posponer los planes y conformarse con un combate a finales de noviembre sólo para no quedar inactivo.

El CMB informó que ante la falta de respuesta concedió la posibilidad a Leo Santacruz para que expusiera de manera voluntaria ante el rival que representara la mejor oferta a sus intereses.

El Diamante Lagunero admite que primero estalló decepcionado, pero no le quedó más remedio que esperar hasta el próximo año para intentar volver al plano de los campeonatos mundiales.

Te desmoraliza porque yo ya me estaba preparando para una pelea de campeonato mundial, tuve gastos y sacrificios para nada, cuenta Mijares. Quien manda es el CMB y ni modo, agrega resignado.

Es la segunda vez que se le ha caído la oportunidad para ejercer el derecho como retador al título. Primero ante Víctor Vikingo Terrazas y ahora ante Santacruz.

La primera defensa de Santacruz sería ante el retador oficial, pero la respuesta de la empresa que representa a Mijares no llegó a tiempo, indica el peleador.

Estoy inconforme, pero ya no se puede hacer nada, soy el retador y no reclamo, dice el duranguense con desánimo.

Mijares trata de reponerse, pero no puede quitarse de encima la sensación de que su regreso a los campeonatos del mundo, desde que perdió dos veces ante Nehomar Cermeño, ha sido difícil.

Siento que me han puesto trabas... no voy a hablar de quiénes, porque me compromete... digamos que ha habido descuidos que me han afectado, plantea.

No le quedará más remedio que buscar alguna pelea para mantenerse en forma, en lo que llega la contienda obligatoria contra el monarca supergallo, pues Santacruz expone ante César Seda el 14 de diciembre en San Antonio, Texas. Mientras tanto, el Diamante Lagunero seguirá a la espera.