Domingo 10 de noviembre de 2013, p. a16
De esas historias que conforman uno de los paisajes emocionales más entrañables de casi toda persona. Una edad dorada, de cuando se deja atrás la infancia y se interna en mundo de la rebeldía, los hallazgos ilimitados y sobre todo las amistades incondicionales. Ese es el entorno en el que nos adentra esta desinhibida novela de Antonio Calera-Grobet, quien se vale de un lenguaje desparpajado y ameno para narrar las incidencias de una palomilla de chavos que crecieron juntos al norte de la capital de la República Mexicana. Zopencos, Antonio Calera-Grobet, Ficticia, 142 pp.