La mayoría de las alcaldías de Michoacán son objeto de extorsión del cártel Los caballeros Templarios y, según versiones extraoficiales, de los 113 municipios del estado, al menos cien pagan dinero a los criminales a cambio de que sus alcaldes puedan realizar labores normales, sin ser molestados, revelaron a La Jornada fuentes gubernamentales de esta entidad.

El gobernador Fausto Vallejo Figueroa lo dijo ayer luego del asesinato del alcalde de Santa Ana Maya, Ygnacio López Mendoza; sin embargo, para los ediles es ya una historia vieja.

Las amenazas, presiones y el terror sembrado por la delincuencia organizada en regiones de esta entidad por capos y operadores, la mayoría del cártel Los caballeros templarios, ha orillado a muchos alcaldes a plantear la posibilidad de renunciar. Enterados de las intenciones de los ediles, los jefes regionales del grupo criminal les han advertido: Si te rajas, te mueres.

Las historias son contadas en voz baja: los narcos en Michoacán arrasaron con todo y controlan no sólo la vida política estatal, además reciben tajada de las actividades económicas: la siembra de limón, en la que es potencia esta entidad; la producción de aguacate, además de la ganadería.

Nadie lo dice, a menos que la condición sea garantizar el anonimato. Recién fueron electos los alcaldes, en enero de este año, Los caballeros templarios enviaron células armadas para que los invitaran a entrevistarse con los jefes del crimen. Los que se negaron, confirmaron versiones extraoficiales del gobierno del estado, fueron levantados por comandos.

En todos los casos, los jefes exigieron el pago de cuotas de las finanzas municipales. Si los ayuntamientos no contaban con recursos suficientes, entonces el pago sería mediante la asignación de obra pública y una tajada del dinero que depositan las autoridades estatales.

Tráete a tu tesorero, les habrían dicho a los ediles, confió una de las fuentes consultadas por La Jornada. Ninguno de la región de Cuitzeo escapó a esta instrucción. Se calcula que al menos cien de los 113 ediles paga cuota a los delincuentes.

En 40 municipios de las regiones de Cuitzeo, Bajío y Valle de Morelia manda un sólo cabrón, dijo un legislador, cuya identidad fue reservada por temor a represalias. Señaló que cuando el PRD recuperó tres alcaldías, luego de desgastantes procesos judiciales, “y ya que los alcaldes ganadores acudieron a la cita con los jefes del narco, alguno que se quería rajar y renunciar, le advirtieron: ‘¡Si renuncias, te mueres!’”.

Funcionarios municipales aseguraron que cuando algunas alcaldesas fueron levantadas por los delincuentes para obligarlas a pagar cuotas, tuvieron mucho miedo y sufrieron shocks nerviosos.

Los consultados saben lo que pasó con Ana Lilia Manzo, cuando fungía como alcaldesa de Cojumatlán de Régules, quien alrededor de dos años y medio se resistió a pagar cuota a los criminales, y tuvo un supuesto accidente automovilístico el 28 de agosto de 2013, cuyas lesiones incluyeron la amputación de las piernas.

Recientemente la senadora panista Luisa María Calderón señaló que tiene datos y fechas de casos de extorsión practicados por la delincuencia organizada en perjuicio de los alcaldes michoacanos: les cobran por cada obra, y les han dicho que si no tienen tiempo para cuadrar sus cuentas hasta le mandan gente para que se las cuadre.

A pesar de las resistencias, la mayoría de los alcaldes se disciplinan ante las amenazas de Los caballeros templarios. Los pagos pueden alcanzar la quinta parte del total de ingresos que tiene la administración municipal, aunque depende de si se trata de un municipio grande o pequeño.

“Los narcos saben bien cuándo hay depósitos y hasta les llega copia filtrada de alguien del gobierno del estado”, reveló un servidor público municipal.

Un funcionario estatal informó que el crimen organizado utiliza mujeres buenotas que operan como contraloras en los municipios. Ingresan a las oficinas con normalidad; revisan, hacen corte de caja, y se van con el dinero.

Huellas de sangre

En hechos presuntamente ligados al narco, de 2005 a la fecha han sido ultimados los alcaldes Fernando Chávez López, de Buenavista Tomatlán (2005); José Vázquez Piedra, de Turicato (2008); Octavio Manuel Carrillo Casillas, de Vista Hermosa (2009); Gustavo Sánchez Cervantes, de Tancítaro (2011); Ricardo Guzmán Romero, de La Piedad (2011); María Sánchez Gorrostieta, de Tiquicheo (2012) –tras haber terminado su gestión y luego de sobrevivir a dos atentados–, e Ygnacio López Mendoza, de Santa Ana Maya (2013), además de decenas de funcionarios municipales y corporaciones policiacas estatales y municipales.