Miércoles 8 de enero de 2014, p. 31
En Sinaloa, principal productor de maíz en México, la agricultura está siendo amenazada porque se priorizan los intereses de las transnacionales en las relaciones comerciales, además de la posible introducción de semillas transgénicas que dañan el medio ambiente y ponen en riesgo variedades nativas, advirtieron productores agrícolas a activistas de Greenpeace, que llegaron a Mazatlán en el barco Rainbow Warrior, que estará en Vallarta, Acapulco, Cozumel y Veracruz con el fin de concientizar sobre los daños que ocasionan los productos transgénicos.
El navío, que llegó a Mazatlán con 17 tripulantes y fue recibido con música de banda por organizaciones ecologistas, promueve el uso de productos naturales y exhibe proyectos que permiten el cuidado del medio ambiente.
“A pesar del riesgo que las semillas genéticamente modificadas tienen sobre la salud y el medio ambiente, y a pesar de que los productores sinaloenses están aumentando sus rendimientos con los maíces convencionales (…) el gobierno mexicano a escala federal, estatal y municipal, está ignorando el potencial de producción agroecológica y sigue fomentando el modelo de agroindustria que deteriora los ecosistemas”, señaló Alonso Campos Encines, agricultor sinaloense y presidente del Consejo Estatal del Maíz.
Gira contra la agricultura industrial
El también dirigente del Movimiento Agrícola Sinaloense (MAS) señaló que estas medidas se llevan a cabo con todo y los niveles de producción del grano alcanzado por los productores sinaloenses – hasta de 14 toneladas por hectárea–, los buenos precios en el mercado internacional y la mayor aceptación de industriales de México y el mundo a las variedades producidas en la entidad.
Campos y otros productores acudieron a la zona de muelles del puerto, para recibir a los dirigentes y activistas de esta organización mundial, cuyo barco, el Rainbow Warrior, permanecerá estacionado tres días como parte de las jornadas ambientalistas y en contra de la agricultura industrial y comercial que impulsan autoridades estatales y federales.
Los productores entregaron a Greenpeace canastas con maíces originarios y advirtieron sobre los riesgos para la salud y la ecología de autorizarse la siembra de transgénicos a escala comercial.