Madrid, 11 de enero.

La infanta Cristina, hija del rey Juan Carlos de España, no apelará de la imputación en su contra por fraude fiscal y blanqueo de capitales en el marco de una investigación por corrupción que salpica a la monarquía española. Decidió comparecer voluntariamente ante el juez, anunciaron este sábado sus abogados.

La defensa argumentó que la decisión fue tomada en aras de la transparencia, para evitar más consecuencias colaterales que tendría la interposición del recurso, que se traduciría en una dilación del procedimiento, alargándose así la incómoda y, a su entender, injusta situación que se deriva para ella del presente procedimiento.

En un comunicado, el despacho de abogados que la defiende, Roca Junyent, reiteró que la infanta no tiene nada que ocultar ante el juez instructor ni ante el conjunto de la sociedad española”, y aseveró que la convocatoria de los jueces no tiene fundamento jurídico.

La defensa presentó este sábado un escrito ante ante el juzgado de Palma de Mayorca, para anunciar que su cliente prestará la declaración y ofrece adelantarla para antes del 8 de marzo entrante.

El martes pasado, el juez José Castro, del tribunal de Palma de Mallorca, acusó de fraude fiscal y blanqueo de dinero a la hija menor del rey Juan Carlos, en el marco del caso Noos, en torno a su marido, Iñaki Urdangarin, y fijó para el 8 de marzo la fecha en que Cristina deberá declarar.

La infanta y su marido son propietarios a partes iguales de la sociedad Aizoon, de la que un juez sospecha sirvió de pantalla para desviar parte de los 6 millones de euros (8.2 millones de dólares) de los que presuntamente Urdangarin se apropió –junto con su ex socio Diego Torres– cuando estaba al frente del instituto Noos –entidad pública ligada al deporte, entre 2004 y 2005.

La Casa Real española valoró muy positivamente que la infanta Cristina no apele de la imputación, que supone un duro golpe para su imagen y para el rey Juan Carlos, empañada ya por los escándalos de corrupción y por un viaje que realizó en abril de 2012 a Botswana para cazar elefantes, que salió a la luz debido a que el rey se cayó y se rompió la cadera, lo cual lo llevó a ofrecer disculpas al país, algo inusitado.

A estos escándalos se unen los problemas de salud del monarca, de 76 años, lo que ha relanzado las especulaciones sobre el futuro de su reinado.