Madrid, 17 de enero.

La movilización social y la indignación que se extendió en días recientes al resto del país logró paralizar una polémica obra en un barrio obrero de la ciudad de Burgos, en Castilla y León, donde se pretendía crear una zona comercial de lujo.

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, del conservador Partido Popular (PP), anunció finalmente la paralización definitiva de las obras, en las que se iban a gastar 8 millones de euros, a pesar de que en la colonia hay otro tipo de prioridades, como salvar una guardería pública o invertir en programas para jóvenes sin empleo.

El Gamonal es el nombre del barrio que se ha convertido en días recientes en el nuevo símbolo de la movilización social en España. El PP cuenta con mayoría absoluta en el consistorio, con lo que acordó en solitario la remodelación de una de las avenidas más importantes de esa zona.

A pesar de que las obras se iniciaron por la madrugada el 11 de enero, miles de vecinos salieron a las calles y formaron brigadas para impedir que las máquinas y los trabajadores continuaran con la primera fase del plan urbanístico.

Burgos, a pesar de tener una deuda de 420 millones de euros y ser una de las ciudades con las peores finanzas públicas, decidió invertir en ese plan de la mano de un polémico y poderoso constructor de la zona, Antonio Méndez Pozo, quien es, al mismo tiempo, empresario amigo del PP y del gobierno local.

La protesta del Gamonal se extendió a otras ciudades, donde se llevaron a cabo concentraciones de apoyo a la movilización vecinal de Burgos, entre ellas en Madrid –donde un centenar de personas se reunieron en la Puerta del Sol–, Barcelona, Zaragoza, Valencia y San Sebastián.