Alejandro Fernández presentará su disco Confidencias en el Auditorio Nacional, en mayo
Todas las partes del cuerpo merecen más de una canción
Señala que el amor es el motor de la vida y que el sexo es comparable a la adrenalina de estar en el escenario
La seducción es parte de la vida, afirma el cantante, quien se asume metrosexual
Martes 1º de abril de 2014, p. 9
A tono con el título de su nuevo disco, Confidencias, que da nombre a su nueva gira de conciertos, el charro metrosexual y ahora cibernético, Alejandro Fernández, afirmó en entrevista vía e-mail que la seducción es parte de la vida
, práctica que, asegura, no lo aleja del dicho que reza: Los caballeros no tienen memoria
.
El mundialmente famoso Potrillo, hijo del Jilguero de Huentitán, Jalisco, Vicente Fernández, lleva años con llenos en los foros donde se presenta. Su pasado está pleno de éxitos y el futuro se asoma prometedor. Un ejemplo claro de su éxito es que agota el boletaje de sus recitales en el Auditorio Nacional y ahora ha abierto más fechas, para sumar cuatro: 14, 16, 17 y 18 de mayo, donde se hará acompañar de un mariachi y una orquesta.
De aventuras exóticas
–¿Creer en el amor es creer en el matrimonio?
–Creo apasionadamente en el amor, es el motor de nuestra vida. El amor a la pareja, a los hijos, a los padres, a tu profesión... hay muchos tipos de amor. El matrimonio es un trámite entre dos personas y no necesariamente está el amor presente.
–¿La pasión del sexo es comparable a la adrenelina que produce estar en un escenario?
–¡Uff!, que buena pregunta, podría decirse que sí....
–¿En qué lugar ha sido su aventura erótica más exótica?
–¡Uy!, tengo muchas, pero soy un caballero, no me gusta ventilar esas cosas, son privadas y especiales.
–¿Hubiera sido un buen arquitecto (dejó la carrera trunca)?
–Yo creo que sí, me gusta muchísimo la arquitectura y cuando puedo hago mis pininos en proyectos míos.
–¿Las cirugías en los artistas reflejan su vanidad?
–Creo que las cirugías en cualquier persona son válidas si hacen sentir mejor a la persona.
–¿Qué zona del cuerpo merece más de una canción?
–¡Uff!, en realidad todas las zonas del cuerpo merecen más de una canción.
–¿La seducción como especialidad, le gusta o prefiere sólo cantar?
–La seducción es parte de nuestra vida.
Evolución
Las familias de estirpe charra ligadas al canto son pocas. Se le comentó que tales dinastías están desapareciendo, pues los Aguilar han perdido a Antonio, los Mendoza hace rato que dejaron de existir, y de los Záizar por ahí andan sus hijos, y Vicente, su padre, está en el umbral del retiro, además de que los Fernández no son charros por tradición.
–¿Es el fin de las dinastías?
–¡Ay, no me gusta pensar de esa manera! Mi padre está entero, sólo se retiró de los escenarios. Sigue haciendo música desde el rancho y seguirá lanzando discos.
A la observación de que ya no hay cantantes de ranchero puros, al estilo de Javier Solís, y de que lo predominante es la fusión y el ranchero que canta pop, como ocurre con él y Pepe Aguilar, respondió: “Lo importante es cantar con el corazón, cantarle al amor, interpretar canciones que lleguen al alma y mantener vigente nuestras tradiciones.Aunque realice producciones pop, busco mantener elementos mexicanos, como el acorde de una vihuela. No todas mis producciones son rancheras porque me gusta ofrecer variedad y evolucionar. Pero en todos y cada uno de mis conciertos dedico una parte muy importante del show a la música mexicana.
Lo que sí puedo decir es que siempre cantaré y me sentiré orgulloso de cantar música ranchera
.
–Todo iba bien con Como quien pierde una estrella, que mezcla lo vernáculo con el flamenco, con el cante jondo. ¿Por qué no siguió por ese estilo?
–Me gusta evolucionar, no te puedes quedar en un lugar cómodo, haciendo lo mismo. He tenido producciones rancheras, pop, en vivo y ahora canciones clásicas al estilo big band.
–¿Con la extensión de la mancha urbana, el campo, con un modo de vida cercano a la naturaleza, está desapareciendo. ¿Sin campo desaparecerá lo ranchero como lo hemos conocido hasta ahora?
–El campo no ha desaparecido, vivimos en un país tan rico que tiene vida del campo, ciertamente hemos evolucionado y como lo comentas la mancha urbana ha ido creciendo. En algún punto tiene que venir un balance.
–A sus conciertos al Auditorio Nacional va gente con elevado poder adquisitivo. En los palenques hay gran variedad de audiencia. ¿Su público ha cambiado con el tiempo? ¿De qué lado se ha cargado el gusto?
–Creo que hay de todo tanto en palenques como en el Auditorio Nacional, pues en los dos siempre hay precios para todos.
–Cuando viaja al extranjero, ¿cómo le afectan los comentarios sobre el clima de violencia que se vive en México, si se consideran los secuestros, experiencia por la que pasó su familia?
–A todos nos corresponde mejorar este país en lo que podemos, en nuestro actuar día a día, como en la percepción que damos al estar en el extranjero y representarlo. Por mi parte, me siento muy orgulloso de ser mexicano, de cantar música mexicana acompañado de un mariachi y vistiendo un traje de charro.
–¿Le molesta la fama?
–De cierta manera se vuelve parte de tu vida y aprendes a vivir así, con sus implicaciones positivas y negativas.
–¿Debe legislarse para que los medios de comunicación respeten la vida privada de los artistas?
–¡Me encantaría! ¿Dónde firmo? Más que por mí, por mis hijos.
–¿Le obsesiona ser el primer charro metrosexual?
–¡Nombre! Cuando me dicen así lo considero un halago. Creo que debo cuidar mi físico y mi figura por respeto a mi público.
Disfruta el presente
–¿El vozarrón que posee es un regalo, un privilegio o el producto del trabajo?
–¡Las tres cosas!
–¿Le preocupa el futuro profesional?
–Me ocupo que es diferente.
–¿La decisión de su padre de retirarse de los escenarios le ha hecho a usted reflexionar sobre cuando le llegue el momento?
–No por el momento, me gusta disfrutar el presente. Hay que planear el futuro y a mi edad planeo un futuro con el público.
–¿Qué opina de que el mariachi fue nombrado patrimonio de la humanidad por la Unesco?
–¡Me encanta la idea! Me da gusto que reconozcan esta herencia musical de nuestra cultura.
–¿Como cantante ranchero se siente responsable de ayudar a que perviva la tradición musical mexicana?
–Me siento parte de ella y lo hago con orgullo y respeto.
–¿Cómo recuerda la vez que cantó con su padre, cuando usted tenía cinco años? Fue el principio de la historia profesional.
–¡Pánico escénico! y un gran amor de mi padre al salir a rescatarme y apoyarme para terminar la canción.