n días pasados el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó el censo de escuelas, maestros y alumnos de educación básica y especial ordenado por el secretario de Educación. Los datos sobre las deficiencias organizacionales y carencias físicas de las escuelas de Aguascalientes fueron puestos en duda por el Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA), que anunció la realización de su propio diagnóstico a fin de hacer un ejercicio comparativo de cifras, negando los resultados.
El muestreo definitivo señala que 50.6 por ciento de planteles –públicos y privados– no tienen línea telefónica; 8.7 por ciento necesitan escritorio para los profesores; a 8.3 por ciento le hacen falta sillas, y más de 90 por ciento cuenta con servicios de agua potable conectada a la red pública, con energía eléctrica, de drenaje y sanitarios. En las escuelas de educación básica y especial, 71.9 por ciento del personal son docentes frente a grupo.
Y de ese total el Inegi ventiló no haber localizado a 183 profesores, lo que para el IEA es un asunto administrativo, pues algunos cobran en un lugar pero prestan su servicio en otro. Para el sindicato, sólo menos de un centenar es- tán comisionados fuera de su centro de trabajo, del resto es la autoridad educativa la que debe de responder, dice el delegado del Sindicasto Nacional de Trabajadores de la Educación. En el sistema educativo de Aguascalientes priva al momento lo administrativo y lo operativo, el descontrol y la desorganización.
Si bien la reforma educativa aprieta a los trabajadores de la educación, lo cierto es que no compromete al Estado a desaparecer las carencias físicas y tecnológicas que tienen las escuelas del país. Los gobiernos locales y sindicato, nadando de muertito y sin rumbo a una estrategia educativa que abone a la calidad humana e intelectual de los mexicanos.
El discurso sobre el porvenir y lo mejor estará por delante, sobra, más aún cuando Aguascalientes hace 18 años contó con primeros lugares en materia educativa sobre el resto del país. Como dicen, la negación es el primer síntoma de la aceptación.
Twitter: @jornadags
