Paráfrasis consta de 500 mil piezas de mosaico bizantino que cubren una fuente del recinto
Sábado 12 de abril de 2014, p. 4
En 2012 la artista Laureana Toledo (Oaxaca, 1970) curó la exposición Panorama, en el Museo de Arte Moderno (MAM), que acaba de dar pie a su intervención en una fuente sin uso en los jardines del recinto.
Paráfrasis, de 51 metros cuadrados, contiene unas 500 mil piezas de mosaico bizantino; es un ojo que mira hacia las formas circulares del MAM en un juego de miradas, expresa Laureana acerca de la fuente dada a conocer el pasado 10 de abril, como parte del programa de optimización del Jardín escultórico, en el contexto del 50 aniversario del museo.
El proyecto original del MAM, a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, incluyó un edificio de bodegas y un auditorio que no se construyó, de allí que quedó un vacío
en el jardín, apunta Octavio Avendaño, curador del museo.
Supongo que al no construirse el edificio improvisaron una fuente que era realmente un círculo sin ningún chiste
, acota.
Era un hoyo, una fuente vacía, con algo convencional en el centro
, señala Laureana Toledo, quien decidió que su intervención consistiría en recrear “el croquis de un ojo, bastante mal interpretado y hecho un poco funky. Está el globo ocular, el nervio, las filiares, el iris, que es el mío. El agua sale del lacrimal, por eso lo cambiamos del centro al sitio donde le correspondería”.
La maqueta de plastilina de Laureana fue interpretada por un despacho de arquitectura que hizo la estructura básica.
Luego, se trabajó con la fábrica Kolorines, en Cuernavaca, para establecer la textura y en qué lugar iría.
A la artista le interesaba que fuera como una gama de blanco y negro con pequeños detalles de color, y que el globo ocular tuviera transparencia, también las venitas
.
Un panóptico
Entrevistada, Laureana Toledo se refiere a Paráfrasis como un “collage de muchas miradas hacia el MAM”, en la medida que los elementos proceden de muchas partes.
Para la curaduría de Panorama, señala, “pedí que me dejaran entrar a las entrañas del museo y saqué fotos (del acervo fotográfico) que nunca habían salido. La exposición estaba armada a partir de la mirada, entonces, en el centro de la sala había la idea de un panóptico en que se repetía la imagen Parábola óptica, de Manuel Álvarez Bravo.
“A partir de esa idea de la mirada, dije, esto tiene que ser un ojo, porque justo cuando entré al museo pensé que cuando lo diseñaron se dieron cuenta de la dinámica visual que se armaba: como ves hacia afuera, ves hacia adentro.
“El nombre de Paráfrasis es un poco el juego con Parábola óptica de don Manuel, y es que justo me puse a buscar como otra figura literaria que tuviera que ver con lo que hacía. La paráfrasis es interpretar sin traducir literalmente, entonces, es como una especie de versión.”