Ante el aumento del número de divorcios y las amenazas sociales que promueven una mentalidad divorcista, la arquidiócesis de México busca disminuir esa tendencia y para ello, en el nuevo Directorio Pastoral Arquidiocesano para el Sacramento del Matrimonio, exige apoyo pastoral en todas las etapas de la unión conyugal.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 1993 a 2011 el número de divorcios se ha elevado de cinco a 16 por cada 100 enlaces matrimoniales. Desde hace dos décadas se ha presentado en México el aumento paulatino del número de divorcios y la disminución de matrimonios, y de 2000 a 2011 la cantidad de matrimonios se redujo 19.3 por ciento y la de divorcios aumentó 74.3.

En su Sistema Informativo (Siame), la Arquidiócesis reconoce que la promesa matrimonial hasta que la muerte nos separe no suele respetarse, lo cual reclama urgente intervención pastoral para salvar y promover los valores del matrimonio y la familia.

La pastoral matrimonial, presentada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, invita a todos los católicos a trabajar en el fortalecimiento de la familia, acompañando a los matrimonios desde que inician una vida juntos, hasta que alcanzan su madurez.

Respecto de las parejas recién casadas, el referido documento señala que a pesar de las experiencias únicas y valiosas que comparten en sus primeros años de convivencia, también la unidad es frágil, por lo que su atención debe ser prioridad pastoral.

En el directorio se establece que los primeros 10 años de matrimonio son decisivos, ya que se consolida la vida en pareja y nacen los hijos. Por ello, su acompañamiento requiere abordar temas como el “amor conyugal, el servicio a la vida y la educación, especialmente si existen carencias en la formación humana y cristiana de los cónyuges.

Las parejas que han iniciado su recorrido matrimonial necesitan ser apoyadas para que, conforme evolucione su vida matrimonial, también pueda madurar su vida de fe. Será de gran ayuda que se les ofrezca orientación sobre la dignidad de la vida humana, el valor y el significado de la paternidad responsable y la dimensión integral de la sexualidad, apunta el escrito.

La Arquidiócesis remarca que la pastoral matrimonial también debe acompañar a los esposos que se encuentran en situaciones difíciles, como infidelidad, pérdida de sentido de la nueva etapa matrimonial e incluso crisis ante el nuevo estilo de vida generado por situaciones que provocan desatención mutua, tales como el trabajo, las relaciones sociales y la llegada de los hijos, lo que puede ocasionar conflictos, incomprensiones y crisis.