Santiago, 23 de abril.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, firmó hoy un proyecto de ley para cambiar el sistema electoral binominal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), por uno proporcional que mejore la representatividad de las regiones e incluya cuotas de género, en cumplimiento de una de sus promesas de campaña.

El sistema binominal es una espina clavada en el centro de nuestra democracia. Es un sistema que debe la vida a la dictadura y que se perpetúa por medio de la exclusión, sostuvo la mandataria en una ceremonia en el palacio de La Moneda, al criticar el sistema que favorece la creación de dos grandes bloques políticos y distorsiona la preferencia de los electores en las urnas.

Explicó que el nuevo sistema establece una relación proporcional entre los habitantes de los territorios y los parlamentarios a elegir en ellos; no es posible que los sitios menos poblados elijan la misma cantidad de legisladores que los más poblados. Por ello, agregó, el sistema heredado debe terminar, porque condena a la nación al empate permanente.

La propuesta de Bachelet, quien cumple su segundo mandato presidencial (el primero de 2006 a 2010), comprende un aumento de los diputados de 120 a 154 y de los senadores de 38 a 50, y establece una cuota mínima de 40 por ciento de mujeres en ambas cámaras. Un incremento en las bancadas que se pretende financiar mediante la redistribución de los gastos del Congreso.

El esquema binominal, impuesto por la dictadura pinochetista, estuvo diseñado para garantizar al régimen militar la permanencia y supremacía parlamentaria de sus fuerzas.

La víspera, el Senado aprobó una reforma constitucional que otorga a los chilenos que viven en el extranjero el derecho a votar en las próximas elecciones presidenciales, primarias y plebiscitos, en una histórica votación de 28 votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones. Los diputados ya habían sancionado la semana pasada esta iniciativa de Bachelet.

Esta iniciativa había sido rechazada durante más de 20 años por la derecha, otra atadura de la dictadura, y que se estima beneficiará a unos 800 mil chilenos que viven en el exterior.