Lunes 28 de abril de 2014, p. 3
Extasiada
, es como asegura sentirse la dorsista María Fernanda González al vivir un fin de semana de ensueño con las preseas de oro y plata que ganó en el Grand Prix de Arizona, lo que considera es una probadita
de lo que se avizora en este ciclo olímpico rumbo a Río de Janeiro.
No sólo fue la satisfacción de haber ganado en 100 metros dorso (1.01.58) y segunda en ese mismo estilo pero en 200, sino que además la celebración fue triple, porque se dio en su cumpleaños 24 y festejó con su familia y sus amigos Michael Phelps y Ryan Lochte en la alberca. Desde su residencia en Gainesville, Florida, Fernanda atendió ayer a los medios de comunicación vía telefónica para compartir “este regalote que estoy disfrutando mucho, tenía seis años que no festejaba en familia mi cumple, porque siempre estaba compitiendo.
Sin perder el piso, porque es una de las reglas que ha aprendido con Gregg Troy, sostuvo que a un año y dos meses de haberse ido a entrenar con él no se arrepiente, porque tomé la decisión correcta
de aprender con uno de los mejores técnicos del mundo.
La natación no es sólo estar todo el tiempo en el agua, también requerimos de gimnasio y de mucha fortaleza física. Lo aprendí aquí y me da tristeza decirlo porque este tiempo que llevo con Troy ni en los 13 años que estuve en México con mi entrenador (Armando Fernández) logré avanzar
, admite la medallista centroamericana y panamericana.
Explica que Troy es un gran motivador. Me dice que no sea una mexicana con mentalidad mediocre. Que debo ser una guerrera azteca muy fuerte. Ahora sí disfruto nadar y mucho
.