Lamer las botas a los jefes no me gusta. Mi nivel lo voy a recuperar para continuar y dar un buen resultado, porque sólo así les demostraré quién soy, asegura con desenfado Éder Sánchez, quien ha sufrido represalias al negarse a someterse al Plan Nacional de Marcha, porque dejaría de ser entrenado por su madre, Graciela Terán.

“A mí me querían imponer y me dijeron: ‘si no firmas no tienes apoyo’”, revela el medallista mundial de bronce en Berlín 2009 y sexto lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, sobre la plática que sostuvo con Corolian Lalu, director de alto rendimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y con Antonio Lozano, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA).

Convaleciente en su casa de una operación del apéndice, el andarín afirma que nunca estuvo de acuerdo con los proyectos que hace más de un mes se dieron a conocer y como se lo dijo de frente a los dos directivos, que ninguno le garantizaba cuáles serían las mejoras (marcas, sistema de entrenamientos, competencias), no aceptó.

Los argumentos que esgrimió fue que ese proyecto será un caos para la marcha, que de por sí no ha tenido resultados idóneos en los años recientes y ahora, con la idea de nombrar a varios entrenadores en cada prueba, exponen a los andarines a ser experimentos.

Lo absurdo, señala el especialista en 20 kilómetros, es que las autoridades deportivas avalaron un programa a dos años para el compromiso olímpico de Río de Janeiro 2016 y querían que dejara a mi mamá y me fuera a entrenar con (Pedro) Aroche, Bernardo (Segura) y (José) Alvarado, y no quise.

A raíz de su negativa, Sánchez ha venido a la baja, pues además de las lesiones que sufrió hace un par de años (desgarre y cirugía en la rodilla), no logró los objetivos deseados, y no es porque se esté justificando, dice, sino porque los directivos nunca saben lo que necesitamos.

De la beca de 37 mil pesos mensuales que recibía por la presea lograda en la justa alemana y por estar entre los top ten en la cita londinense de 2012, ésta se redujo a 12 mil con el concepto de prospecto, porque ya no tiene nivel. El sueldo de su entrenadora y progenitora también se vio disminuido.

“Toño (Lozano) me dijo no hay challengers –comenzaron hoy en China–, porque sólo me interesa competir ahí y recibir centavos, cuando debería enfocarme a los Juegos Olímpicos y mundiales.”

Sólo critica y nunca se para en los entrenamientos, señala el andarín, quien se desempeña como militar, y promete regresar con bríos para el Campeonato Nacional en Veracruz (agosto) y ganar el lugar en la selección a la justa centroamericana.