La Unión Mexicana de Propietarios de Caballos de Competencia pidió que ante el deterioro de la industria hípica, el Estado recupere la rectoría del sector. En México están registrados cuatro hipódromos, pero sólo uno funciona (el de la ciudad de México).

En momentos en que se define el proyecto de reforma a la Ley de Juegos y Sorteos (la vigente es de 1947), los empresarios de carreras de caballos pura sangre proponen la creación de la comisión nacional del juego, en la que se establezca una sección dedicada al giro hípico.

Esta unión considera que la ley vigente (la cual no ha tenido ninguna reforma importante en más de 50 años) ha sido la reina de la discrecionalidad, por lo que es necesario que la nueva norma incluya importantes cambios para este sector del que dependen 3 mil familias.

Los permisos actuales para estos negocios tienen como propósito impulsar la cría de caballos de carrera y fomentar el turismo; sin embargo, apunta la unión, el indiscriminado otorgamiento de permisos de otras modalidades del juego (casinos) ha afectado gravemente esta actividad, porque no es lo mismo conectar una máquina tragamonedas que criar un caballo, por lo que se ha colocado a la hípica en clara desventaja.

En un texto entregado a la comisión especial de diputados que atiende el tema de juegos y sorteos, se precisa que en los hipódromos de la frontera sólo se ofrecen carreras de galgos; el de Nuevo Laredo está cerrado, mientras que en el de Ciudad Juárez se cambió de giro y ahora se explotan los llamados libros foráneos.

En un recuento de la historia de los permisos, la unión explica que la Secretaría de Gobernación no ha vigilado adecuadamente el desarrollo de las autorizaciones a hipódromos y que ahora las ganancias son sólo para algunos empresarios y no hay derrama para otros sectores como el campo, lo que ha agudizado la debacle.

Parte de esta crisis originó en 2011 la constitución de esta unión, la cual solicitó la intervención de la Secretaría de Gobernación para conseguir un aumento en los premios y para tener injerencia en los órganos de consulta de la secretaría, “porque el actual órgano técnico de consulta es un organismo de facto organizado, regulado y pagado por una empresa”.

Precisa que debido a graves problemas financieros, los accionistas originales del grupo CIE vendieron en 2007 a la empresa española Codere 49 por ciento de sus acciones, y en febrero de 2012 añadieron otro 35.8 por ciento por 2 mil 654 millones de pesos, de ahí que actualmente Codere controla casi 85 por ciento del paquete accionario del Hipódromo de las Américas.

Lo anterior se contrapone a lo que estipula el permiso original, el cual limita la participación de socios extranjeros a un porcentaje no mayor a 49 por ciento.

La unión afirma que Codere es el operador con mayor presencia en locales de juego en México, al participar con un total de 94 salas y operar en más de 19 mil 500 terminales de juego.

Debido a otra negociación que hizo con el Grupo Caliente, agregó, Codere posee 67.3 por ciento del capital de otras cinco permisionarias que operan 44 salas de juego, de ahí que tiene el 27 por ciento del mercado mexicano y es la empresa dominante.

La unión subraya la necesidad de un órgano regulador del Estado mexicano para que la industria del juego repercuta positivamente en otros sectores, especialmente para generar más empleos.