Miércoles 7 de mayo de 2014, p. 16
Saltillo, Coah., 6 de mayo.
Más de 40 mujeres y homosexuales integrantes de la caravana Viacrucis del Migrante, que la semana pasada recorrió el país hasta Reynosa, lograron ingresar en Estados Unidos con autorización diplomática y el respaldo humanitario de organizaciones no gubernamentales.
Sin embargo, otros 150 centroamericanos debieron huir de la ciudad fronteriza tras ser amenazados por bandas del crimen organizado que se disputan Tamaulipas, los cuales les advirtieron que irían por ellos para reclutarlos como sicarios y matarían a quienes se negaran, informó el sacerdote Pedro Pantoja Arreola, asesor de la Casa del Migrante de Saltillo, Frontera con Justicia, quien acompañó a los migrantes hasta la frontera.
“La caravana tuvo logros muy importantes; llegamos a Reynosa y pudimos ser mediadores en el tránsito libre a Estados Unidos de los miembros más vulnerables de la migración, como las mujeres embarazadas, con hijos y el grupo de homosexuales que iban victimizados. No terminó como hubiéramos querido, porque la tarde del sábado hubo una acumulación muy grande de intentos de violencia por el crimen organizado.
Hubo un posible enfrentamiento, las fuerzas armadas nos advirtieron que aquello iba a terminar en masacre o en secuestro. La casa del migrante de Reynosa, mediante su director, el cura Francisco Gallardo y nosotros, acordamos regresar a Saltillo a 150 migrantes, que era el resto de la caravana porque 300 se quedaron en Monterrey atendidos por la casa del migrante; esos 150 llegaron a Saltillo en la madrugada del domingo, aterrorizados por lo que iba a suceder en Reynosa y que pudimos rescatarlos
, explicó Pantoja Arreola.