Las declaraciones que Manuel Plancarte Gaspar, sobrino de Enrique Plancarte, uno de los líderes de Los caballeros templarios, efectuó en marzo pasado ante autoridades de Michoacán, según las cuales esa organización realizaba ceremonias en las que se consumían órganos humanos, generaron versiones de que en México existían grupos dedicados al tráfico de dichos órganos.

Sin embargo, los registros de la Procuraduría General de la República (PGR) refieren que de enero de 2006 a febrero de este año sólo se iniciaron seis averiguaciones previas y en ninguna de ellas se encontraron elementos que acreditaran la comisión de tal delito.

En una respuesta dada a una solicitud de información pública se menciona que las entidades donde se inició alguna investigación por el delito de tráfico de órganos fueron Chiapas, Distrito Federal y Michoacán, entre 2007 y 2009, y las últimas se iniciaron directamente en las subprocuradurías de la PGR en 2012.

En marzo pasado, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, Hugo Castellanos Becerra, informó que durante sus declaraciones ministeriales, el sobrino de Enrique Plancarte había aportado elementos para considerar que existía una red de tráfico de órganos en el estado.

Hay señalamientos de la red de complicidades de diversos presuntos responsables que se dedicaban a ubicar a personas con ciertas características, dando preferencia a los menores de edad, para posteriormente privarlos de la libertad y trasladarlos a casas que eran rentadas previamente, donde contaban con equipo y médicos para extraer sus órganos y posteriormente venderlos, señaló Castellanos Becerra.

Los informes de la PGR mencionan que de acuerdo con una búsqueda exhaustiva en todos sus archivos, la dependencia encontró sólo el registro del inicio de seis averiguaciones previas por la probable comisión del delito de tráfico de órganos, sin embargo, esos mismos datos resaltan que en ese lapso no se consignó ninguna indagatoria con o sin detenido.